Aquí se formó una tertulia a la que acudían artistas y escritores como Isidro Nonell, Joaquín Mir, Ramón Pichot, Ricard Canals, Hermenegildo Anglada Camarasa, Jaime Sabartés, Ricardo Opisso, Joaquín Torres García, Pompeyo Gener, Joan Maragall, Amadeo Vives, Isaac Albéniz, Pablo Gargallo o Manolo Hugué, además de un joven Pablo Picasso, instalado en la Ciudad Condal en 1895.
Así, artistas como Santiago Rusiñol, Eliseo Meifrén, Joaquín Mir, Hermenegildo Anglada Camarasa, Alexandre de Riquer, Sebastià Junyer, Mariano Pidelaserra, Eveli Torent y Félix Mestres pasaron largas estancias en la isla.
[99] Un buen ejemplo también son las tiendas modernistas: en su día se crearon con igual profusión en el nuevo estilo tiendas que casas —tanto bares y restaurantes como comercios, farmacias, panaderías y todo tipo de locales—, pero la mayoría han ido desapareciendo con el paso del tiempo: en los años 1960 había unas ochocientas —según una estimación del arquitecto David Mackay—, hasta quedar reducidas en la actualidad a unas cincuenta.
[103] La arquitectura modernista se desarrolló en diversas fases: el primer modernismo, desarrollado en los años 1890, era todavía un estilo no especialmente definido, cuyo principal componente era un goticismo abarrocado desligado ya del historicismo, con pervivencia de ciertos rasgos clasicistas y medievalistas, practicado principalmente por Lluís Domènech i Montaner, Josep Puig i Cadafalch y Antoni Maria Gallissà.
[108] Por otro lado, continuaron las tendencias neogóticas y del eclecticismo clasicista, practicadas principalmente por Enric Sagnier, José Doménech Estapá, Manuel Comas i Thos, Augusto Font Carreras o Joan Josep Hervàs.
[116] La arquitectura modernista catalana es difícilmente equiparable a la europea —ya sea francobelga o austríaca—, ya que no presenta rasgos estilísticos comunes y es esencialmente una aportación original.
[127] Cabe citar asimismo a otros arquitectos que coincidieron en su etapa media o final con la eclosión del modernismo: José Doménech Estapá plasmó en sus obras un premodernismo de corte personal, ecléctico, funcional y grandilocuente.
[134] Fue el creador de lo que denominaba una «arquitectura nacional»,[nota 5] un estilo ecléctico basado en las nuevas técnicas y materiales, con un afán moderno e internacional.
[146] Su hijo, Pere Domènech i Roura, aunó en sus inicios el modernismo con un incipiente novecentismo, como se denota en la casa Marco en Reus (1926).
Aquí trabajó Josep Pujol i Brull, un arquitecto ecléctico que pasó por diversas etapas, del modernismo al novecentismo, autor de la casa Pere Carreras (1906).
El modernismo tarrasense destaca por exteriores austeros e interiores ricamente ornamentados, especialmente en cuanto a carpintería, cerrajería, arrimaderos cerámicos y vidrieras emplomadas.
[381] Formado en la Escuela de la Lonja con Antonio Caba y Ramón Martí Alsina, amplió sus estudios en Italia durante cuatro años, gracias a una beca ganada por su hermano, el escultor Josep Llimona.
Mir cambió, sin embargo, de estilo pronto, tras una estancia en Mallorca iniciada en 1900, en la que se centró en la plasmación del paisaje mallorquín, con un colorido cálido e intenso.
[391] Pidelaserra evolucionó desde un modernismo similar al de sus compañeros hacia un estilo que mezclaba influencias muy diversas, desde el impresionismo hasta un realismo algo arcaizante, así como un incipiente expresionismo.
[441] Aunque estudió ingeniería, se pasó al mundo del arte, tanto en su vertiente práctica como teórica, ya que fue director de la revista Quatre Gats.
A su regreso, su obra Capullo truncado (1892) constituyó un manifiesto del nuevo estilo; junto con Casas y Rusiñol, sus exposiciones en la Sala Parés consolidaron definitivamente el modernismo en las artes plásticas.
La mayoría son figuras femeninas, desnudas o con velos vaporosos, en actitudes lánguidas y melancólicas, en modelados de aspecto inacabado, sin desbastar.
Otros artistas que elaboraron medallas en menor medida fueron: Miguel Blay, Pablo Gargallo, Lluís Masriera y Josep Maria Camps i Arnau.
Su estilo se movió en un simbolismo algo austero, sintético, con espacios vacíos para enfatizar el dibujo principal, sin las recargadas ornamentaciones habituales del modernismo.
[531] Joan Vidal i Ventosa se dedicó al pirograbado, para cuya labor fundó el estudio Guayaba, famoso también por una tertulia a la que acudía Picasso.
[616] Cabe señalar que diversos escultores se dedicaron también al diseño de joyería, como Josep Llimona, Eusebi Arnau, Emili Fontbona, Manolo Hugué, Julio González y Pablo Gargallo.
Hoffmann, Edgar Allan Poe, Algernon Charles Swinburne, Pierre Louÿs, Auguste Villiers de L'Isle-Adam, Henrik Ibsen, Maurice Maeterlinck, Émile Verhaeren y Gabriele D'Annunzio.
[644] Otro escritor destacado fue Prudenci Bertrana, fiel modelo del artista modernista: idealista, rebelde, algo decadente, amante de la naturaleza y en constante lucha con la sociedad.
Sin embargo, desde 1898 la influencia simbolista fue decayendo, criticada por su poca o nula vinculación social, en busca de un mayor compromiso con la sociedad y los males que la aquejan.
La fi de Tomàs Reynald (1904) fue su obra más comercial, a la que siguieron la comedia Els pobres menestrals (1906) y el drama poético Donzell qui cerca muller (1910).
Sucesor de Clavé fue Josep Rodoreda, un músico modesto, pero solvente, que perfeccionó las técnicas corales y transformó los coros inicialmente masculinos en mixtos.
[702] La música sinfónica tuvo en esta época menos predicamento que la coral o la operística y se circunscribió a pequeños estamentos culturales.
Aunque en principio no tenía ninguna connotación reivindicativa ni patriótica, fue adoptada como himno nacional por el catalanismo, sin reconocimiento oficial hasta su consagración por la Generalidad en 1993.
También se hicieron en esta sala tres cintas documentales sobre artistas del momento —por tanto, modernistas—: en la primera, de 1905, aparecían Modesto Urgell, Ramón Casas, Carles Vidiella, Arcadio Mas, Josep Llimona y Santiago Rusiñol.
Tras la creación en Francia del Film d'art, un género que imitaba el teatro recreando obras clásicas de la dramaturgia, en 1913 Gual fundó la productora Barcinógrafo S.A.