Tenía tres hermanas Elivira (1883-1893), Melanie (1886-1974) y Gertrude (1894-1981), quien modela para Egon desde una edad temprana.
[9] En 1908, Schiele celebró su primera exposición individual en la Wiener Werkstätte, fundada en 1903 por el arquitecto Josef Hoffman y Koloman Moser.
[10] En este mismo año de 1909, Schiele expuso en la II Exposición Internacional ubicada en 54 salas del Kunstschau, que constituyó la más grande cita artística que se había visto hasta entonces en Austria.
En el discurso inaugural, realizado por Klimt, afirmó: «Ningún sector de la vida es tan exiguo e insignificante que no ofrezca espacio a las aspiraciones artísticas».
Allí realizó autorretratos desnudo y retratos a su amigo Osen en la misma temática.
[15] Esta historia fue publicada cuatro años después de su defunción por Arthur Roessler (1922) como una narración auténtica del pintor.
Esta idea fue expuesta en una carta fechada en febrero de 1915 dirigida a Roessler: «Tengo pensado casarme más ventajoso, pero no con Wall».
Su casamiento se produjo durante la Primera Guerra Mundial y Egon Schiele, por pertenecer a lo que se consideraba la élite intelectual, no fue enviado al frente, pero sí a Praga en servicios administrativos.
Wally rechazó dicha propuesta y se incorporó a la Cruz Roja cuando empezó la Primera Guerra Mundial.
[18] En el año de su casamiento de 1915, Schiele realizó la pintura La muchacha y la muerte, en la que representó un abrazo desesperado entre una pareja, sobre un paño arrugado blanquecino, que representa un lecho mortuorio, las figuras están como flotando sobre la superficie.
Se reconoce al propio pintor en la figura masculina y a Wally en la femenina, el gesto de ella abrazando con sus manos y los dedos casi separados al hombre, mientras este parece que la está apartando con su mano derecha, muestra la tensión de una aproximación a la vez que un distanciamiento insuperable.
Además ese mismo año colaboró en otras exposiciones en Zúrich, Praga y Dresde.
[21] Su temática asume una altísima tensión emotiva en la sensualidad, que se vuelve obsesión erótica, junto al tema de la soledad angustiosa.
El color adquiere un valor autónomo, no naturalístico, resultando particularmente eficaz en sus muchas acuarelas y en sus diseños de alucinada tensión.
Schiele estuvo influenciado fuertemente en sus comienzos por Gustav Klimt pero, hacia 1910, su pintura se convirtió en un viaje de introspección psicológica.
[23] Aparecen en sus lienzos cuerpos femeninos terriblemente provocativos, con poses a menudo absurdas, para confundir la espacialidad.
Sus obras tienen todas un fuerte y violento impacto en el espectador, que asume casi una posición de intérprete psicoanalítico; exudan el deseo de rebeldía y provocación como angustia existencial.
Schiele buscaba, en las figuras angustiadas sin referencia al contexto histórico y social, los «instintos reprimidos», exploraba el exhibicionismo y el voyerismo, hacia un estado afectivo que puede llegar a lo patológico.
El pintor pudo adoptar esas tipologías en algunos de sus modelos incluyéndose él mismo, ya que poseen los llamativos movimientos que presentan estáticos o en actitud convulsiva, cierto parecido con los «maniquís» de Charcot.
El resultado de la investigación de Charcot y Richer, que observaron que sus estudios en parte reaparecían en pinturas y dibujos históricos, lo editaron en su obra Les démoniaques dans l'art (1887).
Le rindió homenaje en La habitación del artista en Neulengbach, inspirada en El dormitorio en Arles (1888) del pintor neerlandés, como también reinterpretó Los girasoles, en una versión con color marrón opaco, donde los pétalos pierden consistencia y adquieren la trágica verdad de decadencia.
[33] En la fase final de su vida el trazo se vuelve más nervioso, alcanza la máxima libertad de expresión creando muchos paisajes, en los Cuatro árboles, del año 1917, ya emplea colores calientes y el fondo se convierte en un ambiente con emociones violentas.
Los paisajes de su juventud mostraban un estilo tradicional, entre los que se encuentran los realizados en Klosterneuburg.
En 1910 pinta dos cuadros que llevan el título de La ciudad muerta, inspirados en la novela Brugues-la-morte, traducida al alemán, del escritor belga Georges Rodengach (1892).
Destacan los cuerpos iluminados de los personajes adultos y la cara del niño sobre el color oscuro del fondo, los tonos cromáticos sirven en esta pintura para resaltar los volúmenes corporales, no son líneas gruesas rellenas de color, como sus anteriores pinturas.
A pesar de su temática, el cuadro demuestra una melancolía sin expresividad drástica, las miradas del hombre y de la mujer están perdidas en sus pensamientos, con ello, el autor rompe la composición del grupo unido en una forma casi circular.