Su madre admiraba el arte precolombino, en especial la cerámica, ya que colecciona piezas de origen preincaico e incaico.
Para 1884, Gauguin se trasladó con su familia a Copenhague (Dinamarca), donde buscó una carrera como vendedor de carpas.
Finalmente Clovis se enfermó y fue enviado a un internado, la hermana de Gauguin, Marie, dio los recursos para conseguirlo.
No obstante, se encontró con un éxito inesperado al convivir con los jóvenes estudiantes de arte que acudían en el verano.
Su obra Jeunes Bretons au bain ("Jóvenes bretones bañándose"), introduciendo un tema al cual regresaba cada vez que visitaba Pont-Aven, está claramente endeudada con Degas en cuanto a su diseño y audaz uso de color puro.
Decepcionado con el Impresionismo, Gauguin sentía que la pintura tradicional europea se había vuelto muy repetitiva e imitativa y carecía de amplitud simbólica.
Al principio, la choza humilde en la que vivían les era suficiente y él disfrutaba ver a las personas en sus actividades rutinarias.
Envolvió el apéndice cortado en una hoja de periódico y se lo entregó a una prostituta llamada Rachel, pidiéndole que «lo guardara con cuidado».
Según los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans en un reportaje de la BBC publicado en 2009, Van Gogh no se cortó la oreja, sino parte del lóbulo izquierdo.
[56] Durand-Ruel le presentó una exhibición a Gauguin en noviembre de 1893, la cual organizó principalmente Degas, y recibió críticas variadas.
Sin embargo, Degas elogió su trabajo, comprando la obra Te faaturuma (La Melancolía) y admirando la suntuosidad exótica del folclor conjurado de Gauguin.
[57][58][59] Como agradecimiento, Gauguin le dio a Degas la obra La Luna y la Tierra, una de las pinturas exhibidas que atrajeron la crítica más hostil.
Se consiguió un apartamento en el 6 de la calle Vercingétorix al borde del distrito Montparnasse que era frecuentado por artistas, y así comenzó a organizar salones literarios semanales.
Construyó una choza en Punaauia en un área diez millas al este de Papeete, establecida con afluencia por familias ricas, en la cual instaló un gran estudio, sin escatimar en gastos.
[107][108] Al menos durante el primer año no produjo pinturas, informando a Monfreid que se concentraría en la escultura.
El cilindro pudo haber sido inspirado por grabados similares en Bretaña, como en Pleumeur-Bodou, donde fueron cristianizadas obras por artesanos locales.
¿Adónde vamos?, la cual fue reconocida como su obra maestra y su último testamento artístico (en una carta a Monfreid le explicó que intentó suicidarse al terminarla).
[119] Esta fue la primera exhibición mayor en París desde la realizada junto con Durand-Ruel en 1893 y fue un gran éxito, al recibir halagos sobre su nueva serenidad por parte de los críticos.
Se pasó sus últimos meses en Tahití viviendo con comodidad, siendo prueba la libertad con la que gastaba para entretener a sus amigos en ese tiempo.
[125] Igualmente, sin acceso a una imprenta y un hectógrafo,[126] tuvo que regresar al proceso de monotipo en su obra gráfica.
[140] Gauguin construyó en su terreno, una casa lo suficiente sólida como para sobrevivir un ciclón, que acabó con la mayoría de las otras viviendas del pueblo.
Esto llevó a varias hijas adolescentes el ser retiradas de las escuelas (Gauguin llamó al proceso "rescate").
Los festejos terminaron y comenzó un período de trabajo productivo, logrando enviar 20 lienzos a Vollard el siguiente abril.
Las primeras dos son Jeune fille à l'éventail (Niña con Abanico) y Le Sorcier d'Hiva Oa (Hombre de Marquesas en Capa Roja).
[150] Le Sorcier parece haber sido realizada al mismo tiempo y muestra una mujer a de cabello largo usando una capa roja exótica.
[152][156][157] La tercera pintura es la misteriosa y bella Contes barbares (Cuentos Primitivos) mostrando a Tohotaua de nuevo en la derecha.
Gauguin llegó al extremo de publicar una carta abierta a Charlier acerca del asunto en Les Guêpes.
[216] Poco tiempo después de esto también logró avances en el color no representativo, creando lienzos que tenían una existencia independiente y vitalidad por sí solos.
La práctica consumió a Gauguin hasta su muerte, alimentando su imaginación y concepción de nuevas temáticas para sus pinturas.
En 2014 la pintura Fruits sur une table ou nature au petit chien (1889), con una valor estimado de €10m y €30m (£8.3m a £24.8m), la cual había sido robada en Londres en 1970, fue descubierta en Italia.