Los dos artistas, más tarde, se trasladaron al estudio de Fernand Cormon, donde se hicieron amigos de Émile Bernard y Vincent van Gogh.
Este estilo, llamado cloisonismo por el crítico Edouard Dujardin, estaba inspirado tanto en las vidrieras como en el ukiyo-e japonés.
Con el tiempo perdió la atención del público después de abandonar los movimientos modernos, prefiriendo optar por estudiar los métodos de los antiguos maestros.
En 1907, conoció a Jacques Maroger, un artista joven que compartía su interés y con quien colaboró.
Más tarde, Anquetin escribió un libro sobre Rubens, que fue publicado el año 1924.