En Madrid cursa sus primeros estudios, gran parte de los cuales los realiza en el Liceo Francés.
Las visiones paisajísticas centran el interés en edificios, agrupaciones urbanas y volúmenes de casas.
Sus primeros collages datan de 1953 y son realizados con materiales diversos (cuero, papel, textil, etc.).
Muy interesado en la obra gráfica, supo enseguida tomar conciencia de que la estampa constituía un lenguaje propio.
En sus inicios, encontró que la serigrafía era la técnica más adecuada para la producción del arte gráfico, estampadas en su primera época por Abel Martín y más tarde por Javier Cebrián, en Cuenca.
Son cuadros al óleo, abstractos, con recuerdos del paisaje, definidos por Fernando Zóbel como “falsas perspectivas”.
De la estructuración marcada que en algunos momentos imponen los volúmenes presentes en su pintura la evolución lleva al artista a un momento espacialista: cuadros como “Alpes” o “Astro” inician en los sesenta este conjunto de las llamadas pinturas grises.
Esta última exposición recorrerá, desde esta fecha, gran parte de las capitales americanas.
En su crítica a esta Bienal, Gillo Dorfles le destaca como uno de los jóvenes pintores con un futuro artístico más prometedor.
Juan Eduardo Cirlot escribe, ese año en la Revista Artes, un extenso artículo sobre la pintura de Rueda.
De modo colectivo participa en las principales muestras celebradas en el mundo sobre pintura española entre otras en la desarrollada en el Guggenheim Museum de Nueva York: “Before Picasso, After Miró”.
Participa en la exposición de pintura española celebrada en la Tate Gallery e itinerante por diversas ciudades inglesas (Southampton, Hull y Liverpool).
Participa en diversas exposiciones sobre joven pintura española, entre otras, “Arte de América y España” y “Bienal de Tokio: The Seventh International Art Exhibition of Japan”.
Expone junto a Sempere en la librería y galería Concret-Llibres, en Valencia.
El relieve toma capital presencia en cuadros monocromos: la exposición en Juana Mordó, prácticamente blanca en su totalidad, es buen ejemplo.
En 1985 realiza la exposición “Colección particular: Treinta años de pintura” desarrollada en Granada, Córdoba y Sevilla.
El Banco Zaragozano organiza una importante exhibición de la obra reciente del artista.
Su obra se muestra además individualmente en Córdoba, Valencia, Castellón y Madrid.
Juan Manuel Bonet escribe en 1993 la más amplia monografía sobre Gerardo Rueda que edita La Polígrafa.
“Cercle d’Art” edita en París el libro escrito por Serge Fauchereau “Du collage et de Rueda”.
Tomàs Llorens y Alfonso de la Torre realizan en 2001 la exposición “Gerardo Rueda.
En 2006 se publica la biografía "Gerardo Rueda: sensible y moderno" (Ediciones del Umbral, Madrid) escrita por Alfonso de la Torre.