La historia gráfica de estos edificios comienza en 1565, año en el que el pintor flamenco Anton van den Wyngaerde los incluye, junto con toda la cornisa de San Martín, en su espléndida panorámica Cuenca desde el este.
[23] En el pasado, era frecuente encontrar este elemento arquitectónico en el borde este de la ciudad antigua, situado frente a la hoz del río Huécar, aunque hoy sólo perdura una pequeña parte de ellas.
Han sido utilizadas como viviendas de uso particular y casa consistorial.
[29] Aún en la década de los 90, la parte anexa al museo funcionaba como mesón restaurante.
En la ciudad italiana de Florencia, son destacadas las casas colgantes del Ponte Vecchio.