Pintura matérica

La pintura matérica es una corriente pictórica que se inserta en el informalismo europeo posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Francia, Italia y España son, pues, los países en los que más se ha cultivado esta pintura matérica.

Su característica principal es ser una pintura abstracta que se realiza con materias diversas a las tradicionales, incluyendo en el cuadro arena, arpillera, chatarra, harapos, madera, serrín, vidrio o yeso.

Además de añadirle estos materiales no tradicionales, los pintores actúan sobre la obra destruyéndola en parte con cortes, perforaciones o desgarrones.

Ya hubo otros artistas precedentes que introdujeron en el lienzo elementos extraños a la pintura, como los dadaístas y sus objets trouvés, o los cubistas y sus collages en los que introducían cajetillas de tabaco o tiras de periódico.