Cuando en 1938 su familia regresa a Gran Canaria entabló amistad con los artistas Felo Monzón y Martín Chirino.En 1942 conoce a Ventura Doreste y participa en sus primeras exposiciones colectivas que tienen lugar en el Gabinete Literario y en el Club P.A.L.A., en Las Palmas de Gran Canaria.El pintor atraviesa una etapa de influencia surrealista, con ecos dalinianos, mostrada en su “Exposición Superrealista” del Museo Canario.A esta Bienal presenta Millares una obra realizada el mismo año en Las Palmas: Aborigen Nº 1 obra fundamental en la producción del artista, calificada por la crítica como una de las obras capitales de la producción abstracta en España desde 1939.Este mismo año se muestra en el Museo Canario una exposición del grupo Lais de Barcelona.Se publica un folleto, titulado “LADAC”, en el que se establece la relación definitiva de artistas de este grupo, que incluye a Plácido Fleitas, Juan Ismael, Manolo Millares y Felo Monzón.[2] En 1952 se celebra la “IV Exposición de Arte Contemporáneo”, que LADAC organiza en el Museo Canario.Viaja en un barco junto a Martín Chirino, Manuel Padorno y Alejandro Reino.Obras anunciadas desde 1952, sus Muros, ocupan, entre 1955 y 1956, gran parte de su producción pictórica.En 1956 los “Muros” de Millares evolucionan hacia dos ciclos pictóricos próximos, a veces fundidos.Se trata de sus composiciones “con dimensión perdida” y “con texturas armónicas”.Es lo que yo llamo ‘dimensión perdida’, porque su fondo es real y, en consecuencia, no rompe la frontalidad mural”.Aparece la monografía de Vicente Aguilera Cerni, publicada por “El Paso”, dedicada a Millares.Esta, junto al libro escrito por José-Augusto França: Millares, publicado en 1977 por La Polígrafa, pueden considerarse dos de las obras capitales para comprender el universo creador de Millares.Los colores blanco, negro y rojo se convierten en esenciales en su obra.En la obra de Millares pueden distinguirse dos grandes épocas: la primera abarca desde el comienzo de su trabajo hasta 1955 y la segunda, se inicia ese año y concluye con su muerte.El cambio fundamental se produce en torno a la utilización de la arpillera, en 1955: Primera etapa: Las obras más importantes de la primera etapa son las pictografías canarias.Segunda etapa: Millares empieza a utilizar las arpilleras, aquí son todavía un elemento que añade a la superficie del cuadro junto con otros materiales como arena, cerámica o madera.La arpillera es una evocación de las telas con las que se envolvían las momias guanches, descubiertas por el pintor en sus visitas al Museo Canario.