Cementerio civil de Madrid

Ese mismo día se enterró a Maravilla Leal González, muerta con solo veinte años de edad a consecuencia de un supuesto suicidio.

Desde su creación albergó tumbas, panteones y mausoleos dedicados a librepensadores, ateos, sindicalistas, heterodoxos religiosos de la Iglesia Española Reformada, protestantes, masones e incluso judíos, a pesar de la existencia de un recinto propio separado.

Ésta establecía que en los ayuntamientos que fuesen cabeza de partido judicial y en aquellos con más de 600 vecinos se habilitara junto al camposanto católico, otro con entrada independiente para difuntos no católicos.

Siguiendo esta pauta, el Cementerio Civil madrileño daría sepultura y guardaría memoria de liberales, renovadores, inconformistas y personas contrarias al rito católico (tanto por ideología como por confesión), así como de otros sectores de la vida y el pensamiento español, además de masones y protestantes.

Esto provocó un cambio en el estatus funcional del Cementerio Civil, que pasó a ser un espacio histórico.

Panteón Luchsinger, obra del escultor Emiliano Barral (1935)
PNOA cedido por © IGN
Cabeza yacente de Pablo Iglesias en mármol gris, esculpida por Emiliano Barral (1924-1930) y definida en 1929 por el crítico Sánchez Rivero como "parábola del Bautista decapitado", [ 2 ] ​ una profética metáfora