[3] Interesado desde joven en el arte, se movió en el círculo de la revista Gaceta de Arte y entabló amistad con los poetas Pedro García Cabrera y Emeterio Gutiérrez Albelo; este último le presentó a Óscar Domínguez.
En esos años se centró sobre todo en el paisaje, especialmente del litoral sur de Tenerife.
[3] En 1951 se englobó en el grupo LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo), junto con Manolo Millares, Felo Monzón, Plácido Fleitas, José Julio Rodríguez, Elvireta Escobio y Alberto Manrique, un grupo de artistas que, aún con ciertas reminiscencias del surrealismo, buscaban una nueva singladura en la vanguardia de su tiempo.
Allí trabajó como ilustrador para una empresa publicitaria y como delineante en un estudio de arquitectura.
[1] Su obra desde los años 1940 se desarrolló con un hilo de continuidad desde su etapa anterior, con paisajes y figuras de corte onírico, con fuerte presencia del vacío y el silencio, aunque con el tiempo se interesó más por los valores pictóricos y el cromatismo, especialmente por la luminosidad, una luz contrastada que recuerda la obra de Jorge Oramas.
Desde los años 1960 se enmarcó más en la abstracción, con motivos de aspecto vegetal y cierta tendencia indigenista.
Al año siguiente participó en la muestra colectiva Surrealismo en España en la Galería Multitud de Madrid.
[3] En Puerto del Rosario se constituyó en su memoria el Centro de Arte Juan Ismael.