Pintura simbolista

Las premisas estéticas del simbolismo pasaron de la poesía a otras artes, especialmente la pintura, la escultura, la música y el teatro.

[23]​ Para los románticos, el mundo objetivo de los sentidos no tenía validez, por lo que se volvieron hacia su antítesis: la subjetividad.

[38]​ Posteriormente, autores como James Abbott McNeill Whistler, Oscar Wilde, Algernon Charles Swinburne y Stéphane Mallarmé desarrollaron esta tendencia hasta un elevado grado de refinamiento basado únicamente en la sensibilidad del artista.

Su estilo monumental se basaba en la ausencia de profundidad, la linealidad constructiva y la majestuosidad compositiva, así como la reflexión filosófica inherente a sus escenas.

[61]​ Desarrolló una temática fantástica y onírica, influida por la literatura de Edgar Allan Poe, que antecedió en buena medida al surrealismo.

[74]​ Edmond Aman-Jean fue alumno de Lehmann en la École des Beaux-Arts, donde conoció a Georges Seurat, del que se hizo amigo; también mantuvo amistad con Mallarmé y Péladan.

En la Revue Indépendante, el crítico Édouard Dujardin denominó a este nuevo estilo cloisonnisme, del esmalte cloisonné, ya que los colores se mostraban compartimentados como en esta técnica medieval.

Formaron una sociedad secreta denominada Nabis, de una palabra hebrea que significa «profeta», un nombre propuesto por el poeta Henri Cazalis.

[106]​ Su estilo era algo academicista, aunque mostró mayor originalidad en sus dibujos e ilustraciones, así como sus cartones para tapices, que eran bordados por su mujer.

[107]​ La Orden de los Rosacruz fue una sociedad secreta fundada supuestamente por un místico medieval llamado Christian Rosenkreuz, que habría alcanzado la sabiduría en un viaje a Oriente.

También conocida como Rosa Cruz Estética, esta nueva orden puso un especial énfasis en el cultivo y difusión del arte.

También como en Francia, se fundaron varias revistas que sirvieron de plataforma para el simbolismo, como Jeune Belgique, L'Art moderne, Wallonie y La nouvelle société.

Sus obras tienen una factura academicista, pero la elección de los temas se acerca al simbolismo, como en La bella Rosine (1847, Museo Wiertz, Bruselas), donde una joven desnuda contempla un esqueleto en cuya calavera se aprecia una inscripción con el título de la obra, con lo que resulta que la «bella» no era la joven, sino el esqueleto.

[119]​ Creía en la existencia de un fluido divino, la reencarnación, la telepatía, el éxtasis, los embrujos y otros conceptos propios del ocultismo.

[139]​ En esta etapa, centrada entre 1907 y 1910, empezó a trabajar con colores primarios, lo que sería una de sus señas distintivas ya en su fase abstracta.

También estuvo fuertemente relacionado con la literatura y la música, terreno este último en el que ejerció un poderoso influjo la obra de Richard Wagner.

Entre los literatos del círculo simbolista destacan Hugo von Hofmannsthal, Stefan George y Rainer Maria Rilke, así como, en el terreno de la filosofía, Friedrich Nietzsche.

Tuvo una especial predilección por las flores, en cuya representación logró una gran maestría, a las que aplicaba un complejo simbolismo relacionado con los estados anímicos.

[153]​ En Suiza, Arnold Böcklin fue heredero directo del Romanticismo alemán y en sus paisajes se denota la influencia de Caspar David Friedrich.

Posteriormente recibió la influencia de Gustave Moreau, Whistler, Beardsley, Jan Toorop y Franz von Stuck, que le impulsó a abandonar el academicismo.

Dedicado principalmente al dibujo, otorgó un papel esencial a la línea, con la que basó sus composiciones, con figuras estilizadas inmersas en un espacio opresivo, tenso.

Aquí tuvo gran relevancia la huella dejada por el prerrafaelismo, de hecho algunos artistas prerrafaelitas se pasaron al simbolismo en su obra tardía, como Edward Burne-Jones.

[195]​ Giuseppe Pellizza da Volpedo, formado en el ambiente divisionista, evolucionó a un estilo personal marcado por una luz intensa y vibrante, cuyo punto de partida es su obra Esperanzas perdidas (1894, colección Ponti-Grün, Roma).

[199]​ Otros representantes del simbolismo italiano de menor relevancia fueron: Felice Casorati, Luigi Bonazza, Vittorio Zecchin y Guido Cadorin.

Su especialidad fueron los cuadros fantásticos en medios acuáticos, con escenas con monstruos marinos en lucha con jóvenes efebos desnudos, como alegoría de las fuerzas elementales que solo se superan con esfuerzo.

[228]​ Otros artistas dentro de esta corriente fueron: Aleix Clapés, Luis Graner, Laureano Barrau, Joaquín Vancells, Ramón Pichot y Josep Maria Xiró.

[78]​ Jan Preisler representaba por lo general temas espirituales, estados anímicos convertidos en algo tangible, en los que el propio artista exponía sus intenciones en la obra.

[259]​ Cabe citar en último lugar al lituano Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, pintor y compositor, un artista innovador con tendencia hacia la abstracción.

[261]​ En Estados Unidos el simbolismo tuvo escasa implantación, pero fue practicado por unos pocos artistas que lo habían conocido en viajes a Europa.

[266]​ El simbolismo influyó también por un tiempo a John Singer Sargent, un pintor clasicista que destacó como retratista social, cercano en ocasiones al impresionismo.

Júpiter y Sémele (1894-1895), de Gustave Moreau , Museo Gustave Moreau , París
El arte (Las caricias, la esfinge) (1896), de Fernand Khnopff , Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique , Bruselas
Muchachas a orillas del mar (1879), de Pierre Puvis de Chavannes , Museo de Orsay , París
El poeta viajero (no datado), de Gustave Moreau , Museo Gustave Moreau, París
Retrato del conde Robert de Montesquiou (1897), de Giovanni Boldini , Museo de Orsay , París . Prototipo del dandi , el conde de Montesquiou fue probablemente el modelo del personaje Jean Floressas des Esseintes del libro A contrapelo de Joris-Karl Huysmans (1884)
La aparición (1874-1876), de Gustave Moreau , Museo Gustave Moreau, París
El sueño (1883), de Pierre Puvis de Chavannes , Museo del Louvre, París
El carro de Apolo (1905-1914), de Odilon Redon , Museo de Orsay, París
Tarde antigua (1908), de Alphonse Osbert , Petit Palais , París
Lamento de Orfeo (1896), de Alexandre Séon , Museo de Orsay, París
La revelación (1894), de Gaston Bussière , Musée Thomas-Henry, Cherburgo-en-Cotentin
Ángel con aureola (1894), de Louis Welden Hawkins , colección privada, París
La guerra (1894), de Henri Rousseau , Museo de Orsay, París
Mujeres bretonas en un pasto (1888), de Émile Bernard , colección Josefowitz, Lausanne
Le Talisman, l'Aven au Bois d'Amour (1888), de Paul Sérusier , Museo de Orsay , París. Esta obra impresionó a varios alumnos de la Académie Julian y supuso el nacimiento del grupo nabí
Tarde de septiembre (1891), de Maurice Denis , Museo de Orsay, París
El vals (1893), de Félix Vallotton , Musée d'art moderne André-Malraux, Le Havre
Cartel del Salon de la Rose+Croix de 1892, de Carlos Schwabe , Museu Nacional de Belas Artes, Rio de Janeiro
El hombre entre el vicio y la virtud (1892), de Henri Martin , Musée des Augustins, Toulouse
La bella Rosine (1847), de Antoine Wiertz , Museo Wiertz, Bruselas
Las tentaciones de san Antonio (1878), de Félicien Rops , Cabinet des Estampes de la Bibliothèque Royale Albert Ier, Bruselas
Cierro la puerta tras de mí (1891), de Fernand Khnopff , Neue Pinakothek , Múnich
Nocturno en el Parc Royal de Bruselas (1897), de William Degouve de Nuncques , Museo de Orsay , París
Fauno a la luz de la luna (1900), de Léon Spilliaert , colección privada
Todas las cosas mueren, pero todas serán resucitadas a través del amor de Dios (1893-1918), de Léon Frédéric , Museo de Arte Ohara , Kurashiki
La novia (1892–1893), de Johan Thorn-Prikker , Museo Kröller-Müller, Otterlo
El guardián del paraíso (1899), de Franz von Stuck , Museum Villa Stuck, Múnich
La muerte del sepulturero (1895-1900), de Carlos Schwabe , Museo del Louvre , París
Tumba de Böcklin (1901-1902), de Ferdinand Keller , Staatliche Kunsthalle , Karlsruhe
Floresta sagrada (1882), de Arnold Böcklin , Kunstmuseum , Basilea
La rueda de la fortuna (1883), de Edward Burne-Jones , Museo de Orsay, París
Caballos de Neptuno (1892), de Walter Crane , Staatsgemäldesammlungen, Múnich
La dama de Shalott (1888), de John William Waterhouse , Tate Gallery, Londres
Polillas de polvo bailando en rayos de sol (1900), de Vilhelm Hammershøi , Ordrupgaard Museum , Copenhague
El Amor en las fuentes de la vida (Las fuentes de la juventud) (1896), de Giovanni Segantini , Galleria Civica d'Arte Moderna, Milán
Maternidad (1891), de Gaetano Previati , Banco Popular de Novara
Relámpagos (1910), de Luigi Russolo , Galería Nacional de Arte Moderno, Roma
Tristán e Isolda (La muerte) (1910), de Rogelio de Egusquiza , Museo de Bellas Artes de Bilbao
Brujas yendo al Sabbath (1878), de Luis Ricardo Falero
Composición con ninfa alada al amanecer (1887), de Alexandre de Riquer , Museo Nacional de Arte de Cataluña , Barcelona
Ensueño (1897) de Juan Brull , Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona
Timbre postal soviético de 1971, conmemorando la obra de Pablo Picasso titulada Acróbata sobre bola , realizada durante el período rosa del pintor. El cuadro original está en el Museo Pushkin , Moscú
La profetisa Libuše (1893), de Karel Vítězslav Mašek , Museo de Orsay, París
Primavera (1896), de Alfons Mucha , colección privada
Frenesí de exaltaciones (1893), de Władysław Podkowiński , Museo Nacional de Cracovia
Eloé (1892), de Witold Pruszkowski , Muzeum Narodowe, Breslavia
Diseño de bailarina para El pájaro de fuego (1910), de Lev Bakst
El demonio caído (1901), de Mijaíl Vrúbel , Museo Pushkin, Moscú
Sadko (1876), de Iliá Repin , Museo Estatal Ruso , San Petersburgo
Pareja de jinetes (1907), de Vasili Kandinski
Siegfried y las doncellas del Rhin (1888-1891), de Albert Pinkham Ryder , National Gallery of Art , Washington D. C.
Visiones de gloria (1896), de Arthur Bowen Davies , Colección Phillips , Washington D. C.