Nació en el seno de una familia noble arruinada.
Recibió sus primeras clases de sus propios padres, quienes a los trece años lo enviaron a vivir con un tío suyo, que tenía una propiedad rural.
El director de la escuela, Jan Matejko, se percató del talento del joven y le animó a consagrarse a las artes plásticas y a terminar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de París.
Desde el principio de su carrera, Malczewski pintó escenas campesinas y cuadros históricos, religiosos y alegóricos, con un espíritu romántico.
Algunas de sus obras más notables son: Visitó y residió en varios países extranjeros (Francia, Alemania, Austria, Italia, Grecia y Turquía), pero siempre permaneció fiel al paisaje, el estilo y los temas polacos.