Viajó con su amigo, el pintor Rudolf Koller, a Bruselas y Amberes en 1847.
Hacia 1847 Böcklin se instaló en París, donde comparte un estudio con Rudolf Koller.
En el Museo del Louvre copian obras de arte del siglo XVII y se familiarizan con los trabajos de pintores contemporáneos como Rosa Bonheur y Constant Troyon.
[1] Influido por el romanticismo, mantenía muchos nexos con la obra de Caspar David Friedrich y así netamente simbolista, pero dentro del estilo del art nouveau, sus obras bosquejan figuras fantásticas, mitológicas, bajo construcciones provenientes de la arquitectura clásica (que revelan a menudo una obsesión con la muerte), creando un mundo extraño, de fantasía.
También destacan: Böcklin ejerció su influencia sobre los pintores surrealistas como Max Ernst, Salvador Dalí, H.R.