De regreso a Barcelona en 1874 prosigue sus estudios en la escuela Llotja.
También conoció al pintor y diseñador William Morris y sobre todo a Edward Burne-Jones[2] que le influyó para dedicarse con especial interés en las artes gráficas y decorativas, introduciendo en Cataluña el modernismo de inspiración británica.
Alexandre Riquer destacó especialmente como diseñador gráfico, con gran dominio del dibujo.
Su gran producción artística en este campo tuvo un papel fundamental en la estética modernista, siendo el autor de algunas de las imágenes gráficas más representativas del modernismo catalán.
[3] Participó junto con Joan Llimona en la fundación del Cercle Artístic de Sant Lluc siendo su primer vocal conservador y tuvo una gran vinculación con la ciudad de Tarrasa, donde contribuyó a la difusión del modernismo con su amigo Joaquim Vancells.