Dandi

La corriente asociada al dandi se denomina «dandismo», sin estar claro el origen de la palabra ni si su procedencia fue más literaria que real o al revés,[5]​ pero nació en la sociedad inglesa y sobre todo francesa de finales del siglo XVIII.

Con posterioridad se iría expandiendo a otras naciones llevada por personas que habían residido en Londres y sobre todo París.

Esta corriente fue contestataria con la sociedad de su época y con movimientos como el romanticismo del que pretendía separarse.

[8]​ Para autores como Page-Fort (2011) la figura del dandi volvió a surgir en el cine tras las dos guerras mundiales y puede considerarse que perdura de una forma u otra en nuestros días.

Asimismo, las monografías existentes discuten si fue un movimiento meramente masculino o, por el contrario, debería mencionarse también a mujeres dandis.

Añade que se debe a la literatura la creación del mito, contabilizándose en Inglaterra unas 50 novelas con un dandi como protagonista publicadas entre 1825 y 1830,[8]​ unas 10 por año.

Por su parte,Page-Fort (2011, p. 7) difiere del punto de vista según el cual los dandis no hayan existido.

Aún nadie ha logrado dar una etimología indiscutible y, por tanto, ninguna de las explicaciones siguientes es convincente.

Por último, estaría el cambio producido por la Revolución Monetaria con el dinero en forma de papel moneda, para poder realizar fácilmente todo tipo de transacciones y así permitir poner precio a casi todo, incluida la propia imagen, algo inconcebible antes.

11]​ La burguesía en general se asienta como clase selecta y dirigente por méritos propios gracias a la implantación de la Revolución industrial.

[30]​ Honores impensables unas décadas antes para una persona que se ganaba la vida fabricando máquinas y trenes de engranaje.

18]​ La popularización del dinero en todos los estratos sociales hace necesario producirlo en algo fácilmente transportable, ya se imprime el papel moneda, y esto permite ponerle precio a todo de una manera rápida y fácil, con lo que se logra realizar muchas más transacciones que antes.

Tampoco les importaba lucir en cenas y recepciones la prenda por excelencia de los revolucionarios franceses, los pantalones.

Como último ejemplo, no tenían ningún problema en aparecer vestidos de blanco y negro, dejando boquiabiertos a los invitados que lucían los colores habituales.

George Brummell se comportaba de esta manera[8]​ sorprendiendo bastante pese a que su máxima fuera ser elegantes y pasar desapercibidos.

Con la desorientación reinante, profesionales de segundo orden como serían literatos, pintores o empresarios comienzan a contar con una proyección social desconocida hasta entonces, no solo en su ámbito profesional, sino que todas estas personas van marcando los nuevos valores de una sociedad con muchos cambios y muy profundos.

En el siglo XVII, por ejemplo, las modas también variaban,[n. 22]​ Con los cambios vividos en la época de la Revolución industrial aparece la pregunta «¿Qué se lleva ahora?».

George Brummell ya sorprendió luciendo el pantalón largo frente a los habituales calzones cortos con medias.

Sin embargo, uno de esos pañuelos, la corbata traída tiempo atrás por mercenarios croatas, permanece hasta nuestros días como prenda masculina por antonomasia.

Los dandis eran, e incluso buscaban ser, personas fuertes de carácter, incluso dando respuestas altaneras, manteniendo actitudes altivas o siendo directamente polemistas.

En el caso de literatos como Baudelaire o Byron resulta normal por ser algo común a muchos artistas; pero no es así en personas como Benjamin Disraeli que no ejercía ninguna de estas profesiones y entró en el partido conservador en parte para reformar su imagen.

De esta forma Lord Byron no tenía reparos en mantener una relación conocida y notoria con la esposa del primer ministro británico Lord Melbourne,[54]​ una persona de una posición mucho más alta que la suya, aunque también un dandi[55]​ o al menos lo había sido.

Sea por su no saber estar en sociedad o por deseo propio, la mayoría de los dandis acabaron mal, según Félix Azúa:[8]​ No resulta fácil decir si el dandismo ha llegado a su fin o siguió vigente en las sociedades del siglo XX y XXI, especialmente escuchando a profesores como Azúa, quien mantienen que fue un ideal literario.

Los locos años 20 trajeron un resurgir del dandi gracias a la fuerza cada vez más creciente de Hollywood; así aparecen personajes como Errol Flynn o Clark Gable que lucen una vestimenta impecable, beben mucho y con estilo, se mueven en los mejores ambientes proviniendo de familias normales y llevan una vida dedicada a su imagen.

El yuppy de Wall Street cuenta indiscutiblemente con influencias del dandismo, pero no es un dandi como tal por su integración en la sociedad, entre otras excepciones.

[60]​ En cierto modo, los dandis no han desaparecido si hacemos caso a la idea de Page-Fort, según la cual ahora serían celebridades.

La existencia o no de dandis femeninas es un punto políticamente incorrecto que posee un apartado propio.

Sin embargo, estos casos pueden considerarse una excepción, pues algunos de los dandis más famosos fueron sumamente mujeriegos y tuvieron hijos.

En principio los autores consultados, Adams, Jerrold o Page-Fort, no incluyen a mujeres entre los dandis del siglo XVIII y XIX.

Asimismo existe mucha literatura biográfica sobre los dandis aquí tratados como Brummell, Byron, D'orsay o Baudelaire.

Dandis franceses de la década de 1830.
Ejecución de Luis XVI. La Revolución Francesa con la destitución y ejecución de su rey acabó con muchos antiguos valores.
Fábrica de Richard Hartmann en Chemnitz , Sajonia . La Revolución Industrial trajo muchos cambios, entre ellos el triunfo de la burguesía que la hizo posible.
Evolución de la población parisina desde 1800.
Almacén en 1917 con fardos de lana para ser enviados a Londres. Instalaciones como estas eran muy raras antes de la Revolución industrial.
Billete de cinco dólares. La aparición del papel moneda indica la necesidad de disponer de mayores cantidades de dinero fácilmente transportable, porque todo tenía un precio, hasta la imagen.
Dibujo de un dandi francés de 1874.
Caricatura de 1818 de un dandi arreglándose en su tocador. La caricatura muestra la gran cantidad de fragancias y que utiliza el dandi, por lo que es necesario poseer conocimientos de todas ellas.
Caricatura de un club dandi en 1818. El uso y abuso de corbatas de cuello alto eran criticadas en su época, pero fue una moda que contribuyeron a imponer.
Oscar Wilde en 1890.
David Beckham , un dandi actual para Félix de Azúa .