En particular, en la época del Renacimiento, donde se busca el retorno a lo clásico, considerado como un precepto categórico dotado de un valor absoluto que establece un canon.
Los griegos utilizaban módulos basados en la figura humana, mientras que los renacentistas optaban por elementos más abstractos, como el diámetro de una columna.
[5] Para Plinio el Viejo, esta diferencia respondía a un criterio estético esencialmente distinto: los artistas del siglo V (Mirón, Fidias, Policleto) habrían representado al hombre tal como es; mientras que los del siglo IV (Praxíteles, Escopas, Lisipo) lo habrían representado tal como el ojo los ve, es decir, superaron el canon racional mediante una fantasía que permite mayor expresividad y refinamiento óptico.
La tratadística se desarrolla en torno a los aportes de León Battista Alberti, Giacomo Barozzi da Vignola, Sebastiano Serlio y Andrea Palladio.
Como consecuencia, se origina un nuevo canon que crea modelos de belleza y armonía basados en los ideales clásicos.