Arte degenerado

[1]​ La primera mención del término se debe a Friedrich Schlegel, que lo mencionó en su obra Estudio de la poesía griega, refiriéndose no al arte contemporáneo, sino al de la antigüedad clásica tardía.[1]​ Fue mencionado nuevamente por el diplomático y escritor francés Joseph Arthur de Gobineau en 1853 en su Essai sur l'inégalité des races humaines, en un sentido peyorativo.La Sociedad Nacional Socialista para la Cultura Alemana (Nationalsozialistische Gesellschaft für deutsche Kultur), por ejemplo, fundada en 1928, hizo fuerte énfasis en la idea de que distintos factores geográficos, demográficos, etc habían llevado a la degradación de la moralidad alemana.[3]​ Las tesis de Nordau serían retomadas posteriormente por los nacionalsocialistas y especialmente por Adolf Hitler.Además, se buscaba mostrar como este arte que según el régimen tenía orígenes judíos, representaba la cultura bolchevique (kulturbolschewismus).[6]​ Las obras contenían subtítulos redactados por Hitler, que reflejaban de manera sarcástica la “obscenidad, locura, blasfemia y negritud (Verniggerung) de este arte”[2]​ aludiendo a ciertas características estéticas correspondientes al arte africano.Estas estaban divididas en nueve categorías, según el aspecto “degenerado” que representaban.[5]​ Los artistas modernos tildados de "degenerados" por los nazis fueron: Gran parte de las corrientes consideradas “degeneradas” por el régimen nazi fuerona aquellas que, desarrolladas durante las primeras décadas del siglo XX, se englobaron bajo el paraguas del modernismo: dadaísmo, cubismo, expresionismo, fovismo, impresionismo, surrealismo, nueva objetividad, etc.[13]​ En su generalidad, para las autoridades nazis, este arte (eminentemente moderno) era peligroso porque enfatizaba el carácter individual y subjetivo por sobre el imperativo colectivo, central para los gobiernos totalitarios.[14]​ Estas autoridades argumentaban que, al ser estas corrientes tan abstractas, nivelaban los posibles objetos del arte, uniendo lo heroico y puro con lo erótico e inmoral,[8]​ que presentaba una amenaza para los valores morales de la sociedad alemana.Además, incluyó alrededor de 400 piezas no expuestas pero disponibles para ver y comprar.Principalmente, venían de Inglaterra, Suiza y Francia, pero también había muchas obras que lograron ser enviadas directamente de Alemania, ya sea por artistas considerados “degenerados”, como por coleccionistas y emigrados.La primera, donde se encontraban pinturas al óleo del modernismo alemán temprano, incluyendo trabajos de Maz Liebermann, Lovis Corinth, etc.La segunda sala, más grande, mostraba trabajos del movimiento expresionista, incluyendo una selección más amplia de artistas alemanes de las primeras décadas del siglo XX como Erich Heckel, Ernst Barlach, etc.Además, esta muestra también incluía, en el pasillo conector, dos obras al óleo de Max Pechstein y, en el balcón, distintos trabajos sobre papel.Sin embargo, y aunque la muestra haya sido publicitada como “neutralmente política”, la respuesta inmediata que recibió hizo que estos otros objetivos fueran opacados en función de su carácter de respuesta política al régimen nazi.Se sabe que hay tres copias de este inventario, dos de las cuales se encuentran en los Archivos Federales Alemanes en Berlín y tienen como título Beschlagnahmte Werke / nach Museen geordnet (Obras confiscadas, organizadas por museo).
Exposición sobre «Arte degenerado» en Salzburgo, 1938.
Cuadro de Franz Marc .
Goebbels en la exposición «Entartete Kunst».