Roma impuso grandes indemnizaciones a Cartago después de la primera y segunda guerras púnicas.
[3] Los 'Tratados desiguales' firmados por la Dinastía Qing en China, Japón, Corea, Siam, Persia, el Imperio otomano, Afganistán y otros países en el siglo XIX incluyeron pagos a las potencias occidentales victoriosas, principalmente el Reino Unido, Francia y Rusia, y más tarde a Japón.
Esto todavía dejó a Alemania con deudas que había contraído para financiar las reparaciones, y éstas fueron revisadas por el Acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana.
Los pagos a los deudores internacionales se suspendieron tras el ascenso de Adolf Hitler al poder en Alemania.
Además, los países estaban obligados a proporcionar recursos y mano de obra para trabajo forzoso.
El historiador John Gimbel, cita en su libro Science Technology and Reparations: Exploitation and Plunder in Postwar Germany, que las "reparaciones intelectuales" tomadas por los Estados Unidos y el Reino Unido fueron cercanas a los 10 000 millones de dólares.
Rumanía aceptó pagar reparaciones por 300 millones de dólares a la Unión Soviética.
Se acordó que a los países que renunciaron a cualquier reparación por parte de Japón se les pagaría una indemnización por medio de acuerdos bilaterales.
[16] Su último presidente indica que “la Comisión representa el primer ejemplo exitoso de un recurso que permite a los individuos buscar reparación de un Estado agresor”.
Finalmente, todos esos pagos fueron cancelados al llegar Hitler a la Cancillería Alemana.
Esta experiencia llevó a la solución mencionada anteriormente al final de la Segunda Guerra Mundial, donde los países ganadores tomaron maquinaria y bienes que pudieran ser trasladados desde las naciones vencidas, en vez de exigir dinero.