Su relieve está marcado por la presencia al sur del sistema Central, que la divide en dos zonas: la mayor parte del territorio abulense se ubica en la submeseta norte, si bien incluye también una franja al sur de la sierra de Gredos.Los principales municipios son Arévalo y Madrigal de las Altas Torres.En esta parte es fácil encontrar naranjos, olivos y palmeras en los principales pueblos.El río Tormes recoge aguas del alto Gredos, sobre todo la escorrentía del Circo de Gredos, y lleva una dirección este-oeste hasta Barco de Ávila, donde gira hacia el norte, para recibir las aguas del río Corneja en La Horcajada, camino de Salamanca para desembocar en el río Duero.El tramo alto, hasta la Venta Rasquilla con su codo de captura, pertenecía al río Tormes, que lleva sus aguas al Duero, pero la erosión remontante del Alberche, afluente del Tajo, consiguió captar estas aguas de entre sierras hacia el sur.También van al Duero el río Voltoya, que desemboca en el Eresma —afluente a su vez del Adaja—, del que se abastece Ávila ciudad, mediante el agua embalsada en el embalse de Serones; así como el río Trabancos y el Zapardiel.Los ríos Zapardiel y Trabancos conforman los denominados "ríos de llanura" caracterizados por sus escasas pendientes y valles muy amplios que crean grandes llanuras de inundación.Otros ríos de menos importancia son el río Aravalle, el Almar, el Gamo y el Margañán que acaban en el Tormes; y el río Cofio que desemboca en el Alberche.[7] Por último la llanura sedimentaria septentrional presenta unas precipitaciones muy escasas —con frecuencia por debajo de los 400 mm anuales- y una importante aridez estival.La preocupación de la Corona por este animal evitó su extinción y hoy en día coloca a esta población en unos niveles que permiten afirmar su supervivencia.El límite nororiental del territorio vetón se ha fijado unos pocos kilómetros al norte de la capital provincial, en Cardeñosa.[15] Los estudios de los ajuares de las tumbas encontradas apuntan a una sociedad vetona jerarquizada y piramidal,[16] que estaría dominada por una élite militar, y en cuyo escalón más bajo no se descarta que hubiera podido haber quizás algunos esclavos.[20] Debido a que el territorio no disfrutaba de las mejores condiciones para el aprovechamiento agrícola, la agricultura quedó relegada a un segundo plano en cuanto a importancia;[21] la caza se debió ver beneficiada por una buena calidad cinegética del territorio, mientras que la recolección de bellotas —complementada por las castañas o las nueces— debió de tener una notable importancia en la dieta de los vetones.Aunque también se encuentran en zonas que correspondían a otros pueblos prerromanos de la península ibérica, los hallazgos se corresponden principalmente a zonas vetonas.[24][25] En los años 192 y 193 a. C. los vetones, en alianza en primera instancia con vacceos y celtíberos, fueron derrotados por tropas romanas comandadas por el pretor Marco Fulvio Nobilior en Toledo, que en el 193 a. C. tomó la ciudad.[27] Los académicos opinan mayoritariamente que este apoyo vetón debió mantenerse hasta el final de la guerra.[28] Posteriormente la falta de noticias desde la guerra sertoriana sugiere que el territorio vetón estaba ya pacificado por aquel entonces.[33] Ya fuera fundación ex novo o no, la ciudad de Ávila se convierte en este periodo romano en el único gran núcleo urbano en la zona.[37] La muestra arqueológica más característica de la época visigoda en la provincia son las pizarras, encontradas principalmente en Diego Álvaro pero también en Arevalillo, Cabezas del Villar, Chamartín y Solosancho.[38] Otras piezas aisladas han sido halladas también en Cardeñosa (una patena),[37] Arevalillo y San Miguel de Serrezuela (restos cerámicos),[37] Adanero (un jarro litúrgico)[37] y Candeleda (monedas).[45] Asimismo, quedó encuadrada en la región de Castilla la Vieja, una de las dos regiones clasificatorias en que fue dividida Castilla,[46] junto a Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Valladolid y Palencia.[50] Durante el régimen de la Restauración, la provincia se dividía en cuatro distritos uninominales para las elecciones a Cortes: Arenas de San Pedro, Arévalo, Ávila y Piedrahíta.[52][54] La unidad administrativa básica en la que se divide la provincia son los municipios.En la parte este de la provincia, en zonas como el valle del Alberche y la Tierra de Pinares caracterizadas por una mayor cercanía a la capital del Estado, Madrid, destacan municipios como Las Navas del Marqués, El Tiemblo, Cebreros, Navaluenga, El Hoyo de Pinares, El Barraco o Burgohondo.En la actualidad solo existen 2 entidades locales menores (la denominación con la que se conoce en la comunidad autónoma de Castilla y León a las entidades de ámbito territorial inferior al municipio).Las mancomunidades inscritas en el registro de entidades locales son las siguientes:[56] La provincia no cuenta con una división comarcal administrativamente funcional, pero la diputación realiza una «comarcalización» del territorio con objeto de la promoción turística.Le corresponden por tanto a Ávila 7 procuradores en las Cortes de Castilla y León —el parlamento autonómico—.En los albores de la Edad Contemporánea es probable que aún no se hubiera recuperado el máximo poblacional del siglo XVI.Los municipios que cuentan con un mayor crecimiento debido a su cercanía con la Comunidad de Madrid son Sotillo, La Adrada, Las Navas del Marqués y Arenas de San Pedro.[77] Los verracos son esculturas zoomorfas que suelen representar principalmente toros o cerdos erigidas en un área donde predominaba la cultura vetona —un pueblo prerromano de origen celta de la Edad del Hierro— que comprendía buena parte de la meseta norte y del valle del Tajo en España y también en Portugal.
Mapa de relieve de la provincia
Río Valtodano
en Langa, afluente del Zapardiel (ejemplo de ríos de llanura)