Otra leyenda "inventada" en la primera mitad del siglo XX atribuye el nombre de Mingorría al aviso que dio José Chinchurreta al monarca Felipe II para justificar el retraso en el suministro de granito durante las obras del Monasterio de El Escorial.
"Mingorria (mal rojo), Jauna" señaló, que se puede traducir como "sarampión, señor".
[4] Sin embargo el verdadero origen de este lugar sigue siendo un misterio y bien pudiera suceder que el asentamiento actual fue producto de la repoblación de la Meseta por navarros, vascones, astures, y cántabros en la Edad Media una vez reconquistadas estas tierras a los árabes.
El río Adaja recorre el término de sur a norte, si bien su curso está alejado unos 5 km del casco urbano.
El río tiene a su paso una infinidad de molinos, si bien la mayoría están en estado ruinoso salvo el de Hernán Pérez que sigue funcionando como hace cuatro siglos.
Para Álvarez Sanchis se trata de símbolos que tenían por objeto señalar los pastos para el ganado en las zonas cercanas a los grandes castros, en este caso el cercano de las Cogotas.
La documentación existente permite seguir la evolución de Mingorría desde finales del siglo XV.
Las dimensiones del templo hacen pensar en que la localidad tuviese entonces una gran importancia.
Población a 1 de enero según el padrón municipal del INE.
Ermita hoy sin tejado, en su alrededores se celebra la Fiesta de las Aguas, donde los habitantes comen el tradicional hornazo y empanadilla el miércoles posterior a la Semana Santa.
Construidos por los pueblos celtizados, en la población nos encontramos con dos verracos vettones, uno incrustado en la pared de la ermita y otro en las proximidades.