El término municipal tiene una población de 270 habitantes (INE 2024).
Corresponde al límite oriental de la región botánica lusoextremadurense, aunque la influencia atlántica ya se encuentra aquí muy debilitada.
La vegetación principal es encinar sobre suelos ácidos, con enebros aislados y coasionales pequeñas manchas de roble melojo.
[6] Se encuentra en pleno territorio de la tribu prerromana de los vetones, y no es imposible que existieran asentamientos en esa zona.
Ya en el verano de ese mismo año, Diego Garrigo Prieto emprende el proyecto impartiendo clases teóricas a los 15 voluntarios dispuestos a formar una banda.