El término municipal, ubicado en la sierra de Villafranca, es regado por el río Tormes.
A mediados del siglo XIX, el lugar tenía contabilizada una población de 168 habitantes.
[6] Cuenta con una población de 62 personas, las cuáles 32 son mujeres y 30 hombres.
Con el correr de los años, estas conmemoraciones se han erigido en una arraigada costumbre y en uno de los pilares turísticos más destacados del municipio.
A lo largo del día, se desarrollan una diversidad de actividades, incluyendo conciertos, verbenas, juegos populares, degustaciones de platos típicos y competiciones deportivas, entre otras opciones recreativas.
Asimismo, se reservan momentos para mantener vivas las tradiciones locales, tales como la corrida de toros y la cabalgata de gigantes y cabezudos.
Durante este período, los restaurantes y bares del pueblo sirven platos característicos de la región, tales como el renombrado chuletón de Ávila, el exquisito cochinillo asado y las sabrosas patatas revolconas.