Hoy se encuentra instalado en una plaza junto a la murallas en Ávila ciudad.
En la cabeza se aprecian con claridad la frente, los carrillos, los colmillos y las orejas, estando la derecha muy bien marcada, mientras que la izquierda está erosionada.
Los corvejones, uno de ellos, el derecho, está deteriorado, y las pezuñas.
Estas esculturas son siempre animales en pie, pero en reposo.
En época más tardía, ya en plena romanización, cuando hacía quizás varios siglos que estaban abandonados y destruidos algunos de los castros vetones en que se encontraban, aparecen directamente relacionados con el mundo funerario o son utilizados como urnas cinerarias.