Borrasca

Esta elevación suele producir cielo cubierto, debido al gradiente térmico cuando el aire se satura.

Así, las borrascas suelen traer cielos nubosos o cubiertos, que pueden minimizar la temperatura diurna tanto en verano como en invierno.

Las borrascas térmicas también se forman en zonas como el valle de la Muerte como resultado del intenso calor despedido desde la superficie; son mucho más pequeñas en extensión geográfica que los frentes de convergencia o las borrascas frontales.

En los desiertos, la ausencia de humedad y plantas en superficie que normalmente proporcionarían refrigeración (por evaporación) puede llevar a un aumento rápido e intenso del calor solar en las capas bajas del aire.

Esto, combinado con la elevación de aire caliente, resulta en una borrasca aislada, llamada baja termal.

Una borrasca gira en la costa suroeste de Islandia, ilustrando la máxima «la naturaleza aborrece el vacío» (entiéndase en sentido metafórico). El vacío en este caso, es una región de baja presión atmosférica. Para llenar este vacío, el aire cercano de un sistema anticiclónico se mueve a su lugar y gira en torno a la zona de baja presión en sentido horario, por lo que levanta el aire más caliente, que tiene menor densidad, condensándose y formando una nube en espiral que gira, a su vez, en sentido antihorario. Debido a que este sistema se formó en el hemisferio norte, el viento giraba hacia el centro de la borrasca en dirección contraria a las agujas del reloj; este fenómeno se conoce como efecto Coriolis (en el hemisferio sur, el efecto Coriolis se manifestaría por una rotación en el sentido de las agujas del reloj). 4 de septiembre de 2003.