Esta elevación suele producir cielo cubierto, debido al gradiente térmico cuando el aire se satura.
Así, las borrascas suelen traer cielos nubosos o cubiertos, que pueden minimizar la temperatura diurna tanto en verano como en invierno.
Las borrascas térmicas también se forman en zonas como el valle de la Muerte como resultado del intenso calor despedido desde la superficie; son mucho más pequeñas en extensión geográfica que los frentes de convergencia o las borrascas frontales.
En los desiertos, la ausencia de humedad y plantas en superficie que normalmente proporcionarían refrigeración (por evaporación) puede llevar a un aumento rápido e intenso del calor solar en las capas bajas del aire.
Esto, combinado con la elevación de aire caliente, resulta en una borrasca aislada, llamada baja termal.