De media, el mes en el que más borrascas profundas se forman es enero.
[2] Las áreas de bajas presiones son relativamente comunes sobre el Atlántico Norte.
Las borrascas profundas suelen tener procedencia atlántica, por tanto afectan mayormente a los países de Europa Occidental.
Normalmente, serían nombradas por la fecha, el día del Santo de su ocurrencia o similar.
[5] Aun así, una misma borrasca puede ser nombrada de manera diferente en países distintos.
Por ejemplo, el servicio de meteorología noruego nombra independientemente a las borrascas notables que afectan a Noruega, los cuales pueden resultar en nombres múltiples que son utilizados en diferentes países afectados.
A partir de 2017 los servicios meteorológicos de España (AEMET), Portugal (IPMA) y Francia (Météo France) nombran las borrascas profundas que sean capaces de “provocar un gran impacto en bienes y personas”, siendo Ana la primera borrasca nombrada, con vientos que alcanzaron los 140 km/h.
En 2019, Bélgica se unió al grupo del suroeste para monitorizar y nombrar borrascas profundas.