El clima es frío, con inviernos largos y veranos cortos, aunque muy sano.
El término aparece cartografiado en la hoja número 555 del Mapa Topográfico Nacional (escala 1:50.000).
La ribera del río Alberche a su paso por el término municipal está protegida, calificada como Lugar de Interés Comunitario, formando parte del LIC Riberas del Río Alberche y afluentes, perteneciente a la Red Natura 2000 de Castilla y León.
Aunque no existe hasta el momento resto prehistórico alguno en su jurisdicción, bien pudiera su territorio haber estado habitado por algún pueblo celtíbero.
Doña Constanza Sarmiento y don Gutierre Gómez de Toledo en el «Libro del Ordenamiento de la madera» o también llamado «Provisión que se declara que los concejos de la sierra traigan a vender madera» de 1417 mandaron a San Martín de la Vega, Garganta del Villar con Navadijos, San Martín del Pimpollar con Navalsauz, Navarredonda, Hoyos y Hoyos y Navacepeda, llevar 150 carretadas de madera cada año a la villa, pese a que sólo San Martín del Pimpollar, Navarredonda, y Hoyos y Hoyos tenían «propios» de pinares y dehesas según las ordenanzas de 1405.
El Asocio de Villa y Tierra muestra como ayudaba a los pueblos que tenía bajo su protección, así se incluían en los repartos a la villa y tierra una cantidad de 200 maravedis por cada casa quemada.
Desde el principio Garganta del Villar perteneció a la Cabaña y entre otros beneficios, con los que contaban sus vecinos, se encontraba la exención de prestar el servicio militar.
Para un transporte de trigo desde Madrid hasta Sevilla se demandan 600 carretas que se reparten según el número de vecinos, correspondiendo a Garganta del Villar 80 carretas por contar con 87 vecinos.
Cada carreta era servida por tres bueyes negros ibéricos (dos uncidos y uno de revezo).
En el año 1752, según se describe en el Catastro de Ensenada el pueblo tenía 42 vecinos que habitaban 37 casas.