Un potro de herrar es una estructura que sirve para sujetar los caballos, burros o incluso vacas para facilitar que se les pueda herrar (poner herraduras) o curar.
Se pueden contemplar en muchas localidades rurales de la geografía española.
La cerviz del animal se dobla con el yugo, una de las patas delanteras se ata firmemente en la viga longitudinal más baja, o sea el larguero y la correspondiente trasera en el palo, o sea uno de los postes oblicuos.
Atado así, el animal ya no representa ningún peligro para el herrador.
A esta bolsa se le llama trapo lleno de sebo[1]