Refiriéndose a esa relación, Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».
[9] Musicalmente suele tener forma binaria (tema y estribillo) o ternaria (dos partes a las que se agrega un trío).
Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ninguna danza o género musical en particular.
Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe uruguayo, candombe porteño,[25] payada, milonga, habanera, tango andaluz, mazurca, polca, vals, zarzuela, sainete, etcétera), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, italianos, judíos, alemanes, polacos, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango.
Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un nuevo género musical, con identidad propia, en la última década del siglo XIX.
[56][27] En 1884 Casimiro Alcorta compuso el más antiguo tango célebre, «Concha sucia», de letra abiertamente pornográfica y prostibularia.
En esos años también se destacó el organito, reproductor portátil que jugó un papel de gran importancia en la difusión inicial del tango.
[63] Un año antes, en 1897, se había designado por primera vez al nuevo género como «tango», en la zarzuela Justicia Criolla de Ezequiel Soria.
«Lo que cantaban Villoldo, Gobbi, Mathon, las cupletistas, no eran tangos tales como ahora entendemos, sino un híbrido de cuplé y milonga», dice Gobelo.
Ante públicos cada vez más numerosos, la guitarra carecía del volumen suficiente y de potencia rítmica para el baile.
Gardel, Corsini y Magaldi han sido llamados "la trilogía de oro" del tango, que ya anticipan la Guardia Nueva.
Dice Horacio Ferrer que "solamente con la Guardia Nueva se puede hablar con entera propiedad de estilos y modalidades interpretativas".
El estudio Argentina Sono Film estrenó la primera película en 1932, precisamente ¡Tango!, con participación de los principales músicos, cantantes y bailarines del tango nacional.
En 1955, un cantante blanco de Estados Unidos llamado Elvis Presley, comienza a cantar música negra conocida como "rock and roll".
Muchos tangueros peronistas, como Hugo del Carril, Nelly Omar, Héctor Mauré, Anita Palmero, Chola Luna, entre otros, fueron perseguidos por sus ideas y prácticamente nunca más volvieron a trabajar.
[150] El declive del tango como género musical masivo y bailable causó un elevado interés por parte de muchos intelectuales argentinos.
En la segunda mitad de la década de 1990, varios músicos provenientes del rock nacional, como Daniel Melingo, Rodolfo Gorosito (Trío Gorosito-Cataldi-De la Vega) y Leo Sujatovich se volcaron al tango, desempeñando un papel muy importante en el boom del tango que se producirá en la década siguiente.
[165] La investigación da cuenta de la resignigficación del género musical para las personas que la autora define como los "nuevos cultores".
Entre los nuevos intérpretes de tango que se destacan en Argentina pueden mencionarse: Astillero,[176] Julián Peralta,[176][177][178] 34 Puñaladas, La Chicana, Orquesta Típica Fernández Fierro, Quatrotango, Lidia Borda, Sexteto Milonguero, China Cruel y Graciela Pesce, entre otros.
[183] Finalmente ese género nuevo apareció en los últimos años del siglo XIX y fue bautizado con el mismo nombre que la danza: "tango".
[203] Son varios los tangos que celebran la violencia de género e incluso el femicidio, la abordan humorísticamente o la justifican ("Amablemente", "La biaba", "La toalla mojada", "Cuando me entrés a fallar", "Confesión", "Tortazos").
Existe también poesía y prosa tanguera o lunfarda, creada sin ser pensada para formar parte de una canción.
Pascual Contursi, Celedonio Flores, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi por citar algunos, fueron gente de teatro y escribían versos para las obras, algunos en lunfardo.
Las letras están compuestas con base en un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor».
Desde entonces, y a pesar de algunos intentos durante la dictadura establecida en 1976 por «adecentar» la cultura popular, el lunfardo registró un notable resurgimiento.
[217] En los inicios del siglo XXI el lunfardo goza de una gran vitalidad, habiendo sido adoptado y reformulado por las nuevas generaciones.
[234][235] El tango en Colombia se hizo muy popular a principios del siglo XX, cuando numerosos artistas argentinos llegaron al país.
Este último, autor del célebre vals «Si vas para Chile», compuso también varios tangos, entre ellos el difundido «Matecito de plata».
Entre las obras recomendadas se encuentra el álbum Tango/Chile, de la orquesta del Chula Clausi, que reúne grabaciones realizada en Chile para RCA entre 1944 y 1948.
[241] Se distingue de las demás variantes por su casi exclusiva ejecución en tonalidades menores y en los temas, que reflejan convenciones establecidas en el folclore finés.