Incluso tuvo su propia agrupación de jazz (que en esa época era muy popular en los bailes, junto con el tango): Los American Fire.
Con el tiempo hace una experiencia similar con Leopoldo Federico y se descubre que ya no era el mismo, que le faltaba Troilo, pese a la superior técnica de Leopoldo.
Estaban consustanciados espiritualmente, en palabras de Néstor Pinsón y Ricardo García Blaya.
[1] También formó el Cuarteto San Telmo, con Leopoldo Federico, y grabó discos para distintas casas discográficas de Buenos Aires.
Según el poeta Horacio Ferrer: «Artista de sensibilidad exquisita y rara capacidad musical, asimiló a su instrumento el fraseo brillante y ligado de la tradición bandoneonística».
En 1964 encabezó juntamente con Edmundo Rivero (voz), Enrique Mario Francini (violín), Horacio Salgán (piano), Enrique Kicho Díaz (contrabajo), Berlingieri (piano), Ciríaco Ortiz y otros, en el espectáculo Tango, representado en el Teatro Colón, con Troilo como figura central.