Debutó como autor en 1892 con la pieza El caño 92 o en El Diván con la compañía del actor español Mariano Galé.
Viajó a Europa, donde amplió sus conocimientos frecuentando autores, intérpretes y escenarios.
Con la idea de utilizar primero elencos españoles y luego a elementos nacionales, en 1901 fundó junto a Galé una compañía para actuar en el Teatro Victoria en la que figuraba como director artístico en tanto Galé era el director escénico.
Por primera vez en el teatro nacional Soria sería quien ayudaría a los intérpretes, puliéndolos y perfeccionándoles.
Si bien los autores e intérpretes debían subordinarse al director, este no debía tratar de modificar con un concepto personal la obra ni coartar la labor creativa del intérprete, pero sí hacer concoirdar plenamente todos los elementos del espectáculo.