"Uno y el Universo" es una obra profundamente reflexiva que invita al lector a cuestionar su propia percepción del mundo y a reflexionar sobre los misterios que rodean la experiencia humana.
Este libro es una recopilación de ensayos en los que el autor argentino reflexiona sobre la condición humana, la sociedad moderna y la tecnología, entre otros temas.
La obra ofrece una mirada aguda y reflexiva sobre las complejidades de la existencia moderna, invitando al lector a cuestionar el rol de la tecnología en nuestras vidas y sus implicaciones en la experiencia humana.
[15] En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre la dictadura de Iósif Stalin.
[14][16] Regresó a Buenos Aires en 1936 y contrajo matrimonio por civil con Matilde Kusminsky Richter.
En 1937 obtuvo el Doctorado en Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad Nacional de La Plata.
En París entró en contacto con el movimiento surrealista y con la obra de Óscar Domínguez, Benjamín Péret, Roberto Matta Echaurren, Esteban Francés, entre otros.
En una entrevista realizada en 1977 para Televisión Española afirma: En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura.
[7] Se instaló entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.
Ese mismo año se instaló con su familia en Santos Lugares, desde donde desarrolló toda su carrera de escritor.
En 1947, con graves dificultades económicas, Julián Huxley intervino para que lo nombren como director de la UNESCO pero renunció a los dos meses.
[25] Ese mismo año presentó El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo, en donde, sin abdicar de sus antipatías hacia la figura del expresidente Juan Domingo Perón, efectúa la defensa de Evita y sus seguidores; posición que le creó numerosas críticas de los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al gobierno derrocado.
[16] En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX.
Es emblemática la anécdota de este libro, que según el propio Sabato, estaba destinado a la destrucción por el fuego como tantas otras obras suyas que no vieron la luz pública.
Otro interesado en adaptar la novela fue Astor Piazzolla, quien quiso componer una ópera, proyecto que finalmente quedó en una "Introducción", registrada en el disco Tango contemporáneo, nuevamente con recitados a cargo de Sabato.
Fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.
En 1997 recibió el XI Premio Internacional Menéndez Pelayo por parte de la Universidad homónima.
[48] Después, la Real Academia Española lo homenajeó también y en 2005 fue distinguido en el Colegio Nacional de la Plata.
A su funeral asistieron personalidades como Magdalena Ruiz Guiñazú, Francisco de Narváez, Graciela Fernández Meijide, Juan Carr, Ricardo Alfonsín, entre otros.
[51] Por su parte, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió condolencias a la familia y una ofrenda floral.
Su deceso fue confirmado por su colaboradora Elvira González Fraga, quien declaró: «Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música».
Un día después recibió un homenaje conjunto a su persona y a Adolfo Bioy Casares en la sala Jorge Luis Borges, por parte del Instituto Cultural en la Feria del Libro llevada a cabo en Buenos Aires,[53] y los preparativos para las celebraciones del centenario de su natalicio ya estaban en marcha.
[56] León Arslanian aseguró: «Fue muy importante el aporte que hizo la CONADEP y su influencia.
[56] En las redes sociales se reiteraron rápidamente los mensajes relacionados con vivencias, recuerdos y frases del escritor.
La más registrada y reproducida pocos minutos después de su muerte fue su oración: «La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse».
[69] Posteriormente se iba a alejar del comunismo marxista, desilusionado por el rumbo que había tomado la dictadura de Stalin en la Unión Soviética.
Sin embargo, no se dejó intimidar por ello y publicó el ensayo Nuestro tiempo del desprecio, además de diversos artículos periodísticos lanzados en el exterior en los que denunciaba la represión militar.
Esa investigación y posterior informe fueron plasmados en el sobrecogedor libro Nunca Más, en el que se recogen los testimonios de las desapariciones, torturas y muertes de personas durante la dictadura militar.
Adhirieron a esa marcha el Servicio de Paz y Justicia (SerPaJ) liderado por el premio nobel Adolfo Pérez Esquivel, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) y la agrupación Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas (FDDRP).
Más tarde, Sabato condenó públicamente los doscientos ochenta indultos otorgados en 1989 a civiles y militares implicados en torturas, muertes y desapariciones durante el período de la dictadura en la Argentina.