Miguel Caló

De regreso en Buenos Aires formó una nueva orquesta con el bandoneonista Domingo Cuestas, los violinistas Domingo Varela Conte, Hugo Gutiérrez y Enrique Valtri, el contrabajista Enzo Ricci y el pianista Luis Brighenti, la que más adelante dejó para unirse a la orquesta de Fresedo con la que viajó a Estados Unidos.

[1]​ En 1934 formó una nueva orquesta, con un estilo claramente influenciado por Fresedo y un sonido que recuerda a Di Sarli.

En el conjunto estaba el pianista Miguel Nijensohn, quien dejó un sello que perduraría por siempre en su estilo: su instrumento tenía a su cargo encadenar las frases musicales, con una cadencia y un ritmo ideal para los bailarines.

A fin de 1945 Enrique Mario Francini y Armando Pontier se alejan de la orquesta para codirigir su propio conjunto,[5]​ en tanto Maderna e Iriarte acordaron independizarse formando un binomio, pero al poco tiempo el cantor volvió con Caló en tanto Maderna debutaba con su propia orquesta en el café Marzotto.

Valga citar a Domingo Federico, Armando Pontier, Carlos Lazzari, Eduardo Rovira, Julián Plaza, José Cambareri (bandoneones), Enrique Mario Francini, Antonio Rodio, Nito Farace (violines), Ariel Pedernera y Juan Fassio (contrabajo y Alfredo Dalton (cantor).