Es considerado uno de los principales exponentes del tango moderno, junto a Astor Piazzolla y Horacio Salgán.
En 1940, con 15 años, comenzó a estudiar armonía con Pedro Aguilar, adquiriendo las técnicas que después volcaría en su propia música: contrapunto, dodecafonismo, formas musicales, composición e instrumentación.
Más tarde, junto al requerido contrabajista Kicho Díaz y Osvaldo Manzi, Rovira formó un trío que solo duró 9 meses.
Es en ese contexto cuando Eduardo Rovira decide terminar con su octeto e introduce, en 1965, un trío con Fernando Romano en contrabajo y Rodolfo Alchourrón en guitarra eléctrica.
En ese mismo año, Osvaldo Pugliese grabó su tango A Evaristo Carriego, significando una mayor difusión y recepción de su trabajo.
Paralelamente, entre 1965 a 1970, se asoció con Atilio Stampone en piano, Reynaldo Nichele en violín y Fernando Romano en contrabajo.
En ese mismo año, acompañó con su trío y el oboe de Pedro Cocchiararo a la prominente cantante Susana Rinaldi.
Aunque ejerció por solo tres meses, su cargo de director fue relevante, ya que marcó el momento más importante en su relación con La Plata.
[7]En 1997, el sello Acqua Records reeditó en formato CD dos de sus álbumes capitales: Sónico y Que lo paren.
[8] El quinteto Sónico, creado en Bruselas en 2015, se ha dedicado casi exclusivamente a la interpretación, grabación y difusión de sus composiciones.