Los cabecillas fueron desterrados y los cuerpos militares sublevados fueron disueltos.Como consecuencia, el poder militar quedó en manos de los criollos que habían sostenido a Liniers, y se acentuó la rivalidad entre criollos y españoles peninsulares.En 1810 la Junta de Cádiz lo nombró virrey del Río de la Plata, por lo cual intentó ser admitido por el Cabildo de Buenos Aires, que desconoció su autoridad, por lo que se instaló en Montevideo proclamándose virrey con sede en la ciudad.Al poco tiempo, la población rural de la Banda Oriental también rechazó su autoridad el 27 de febrero, hecho que se conocería como Grito de Asencio que fue comandado por Pedro José Viera y Venancio Benavides.[4] Durante su mandato, se sitió y recuperó a los franceses los castillos de Morella en noviembre y Denia el 7 de diciembre.Fernando VII se negó a seguir la ruta a Madrid marcada por la Regencia y entró en Valencia el 16 de abril.[cita requerida] En 1815 había alcanzado el grado de teniente general.