El castillo, que domina un océano de montañas, ha sido una las fortalezas más imponentes del Mediterráneo.
En el área del castillo han aparecido restos prehistóricos, ibéricos y romanos.
Tras la Reconquista se iniciaron las actuales murallas, y las dependencias que ya existían fueron habilitadas para los reyes cristianos.
No tenía escalera, y la comunicación interior se realizaba por los edificios colindantes.
[1] Actualmente el acceso al castillo se realiza por el claustro del Convento de San Francisco.