Era hijo de la uruguaya Casilda Casafú y del napolitano Antonio Ponzio, un músico que falleció en forma repentina mientras tocaba el arpa en un escenario durante un recital.
Con el tiempo llegó a ser requerido para trabajar con su violín en lugares que eran famosos en esa época y que quedaron en la memoria histórica porteña: "Hansen", “La Batería”, sita en Retiro, "El Tambito", ubicado entre la arboleda de Palermo, "Laura", "La Vasca", casa de baile ubicada en calle Europa –designada desde 1908 como Carlos Calvo- casi esquina Jujuy, perteneciente a María “La Vasca”, "Mamita" - casa de bailes de Concepción Amaya sita en Lavalle 2177-, entre otros, donde actuó en diversos conjuntos orquestales, algunos que formó con su amigo y compañero de siempre, Juan Carlos Bazán, quien tocaba el clarinete, uno de los instrumentos no convencionales del tango, también con el trío que integró con José Dionisio Fuster (Flauta) y el Pardo Canaveri (guitarra), el trío con Eusebio Aspiazú, un guitarrista moreno, ciego, músico habilidoso a quien Ponzio dispensó siempre afecto entrañable, y el flautista Vicente Pecci e incluso en 1910 un trío con Eduardo Arolas y Leopoldo Thompson.
[1] En 1924 cometió un homicidio por el que estuvo preso varios años y al salir de la cárcel reanudó su actividad artística.
También tocó en la Orquesta Típica Ponzio-Bazán, de la que se recuerda una importante actuación en 1932 en el Luna Park.
Se desempeñó en radio y en la primera película sonora del país ¡Tango!, de Argentina Sono Film en 1933.
Hay dos versiones sobre el nacimiento de este tango: una dice que fue estrenado en “Mamita”, inspirado tras haber oído unos pocos compases en piano por un tal “Negro Sergio”, y otra que fue en el Hansen, dedicado al “taita” Juan Cabello (mencionado en la letra añadida luego por Podestá).
La milonga Avellaneda fue dedicada al caudillo Alberto Barceló y su letra es de Luis Mario.