Con grandes dotes naturales para la música, nunca aprendió a leer el pentagrama, fue un prolífico compositor entre cuyas obras se destacan los tangos 9 de Julio, su mayor éxito, y Lunes, con letra de Francisco García Jiménez, su otro tema más difundido.
Padula afirmaba que lo había compuesto en 1908 cuando tenía 15 años; en la Antología del Tango Rioplatense del Instituto Nacional de Musicología Carlos Vega se sostiene que fue hecho el mismo año de su primera publicación, esto es 1916 y Oscar Del Priore e Irene Amuchástegui proponen una hipótesis intermedia conforme la cual la obra era anterior a 1916 y Padula lo estuvo ejecutando con otro título pero que al publicarlo ese año por primera vez le puso el nombre definitivo para aprovechar que se celebraba el centenario de la declaración de la independencia formulada en su provincia natal.
[1] La primera edición en papel fue hecha por el editor Primitivo Sosa, de Rosario mediando un convenio con Padula, pero antes de su vencimiento el autor también autorizó a publicarlo a Alfredo Perrotti; esto derivó en un pleito que finalizó en 1929 con un acuerdo en el cual este último se quedó con los derechos.
[2] Padula se radicó en Buenos Aires y trabajaba en un cafetín de Avellaneda, aledaña a la Capital Federal, donde ganaba dos pesos con su guitarra con la armónica adosada.
Cuando por casualidad el dueño lo escuchó practicar en un piano que había en el local, le propuso pagarle el doble si también trabajaba de pianista.
En 1930, su orquesta norteña inició su labor discográfica en el sello Columbia, registrando numerosas placas de chacareras, zambas, rancheras y valses, que por suerte conservamos.