Patotero sentimental

Radicado desde 1911 en Buenos Aires (hay quienes dicen que fue en 1908) enseñó música, abrió una Academia de varieté, condujo conjuntos musicales y compuso cuplés, fados, pasodobles, valses, zambas y, sobre todo, sus inolvidables tangos.

Carlos Gardel con quien trabajó en teatro, le grabó siete tangos: uno sobre letra del comediógrafo y periodista madrileño Antonio Martínez Viérgol, Loca, y los otros seis con versos de Manuel Romero.

En 1922 dirigió su obra más conocida y exitosa, El bailarín del cabaret.

Logró como letrista de tango obras que continúan siendo exitosas pese al paso del tiempo, tales como Aquel tapado de armiño, Buenos Aires, La canción de Buenos Aires, Estampilla, Haragán, La muchacha del circo, Nubes de humo (Fume compadre), Polvorín, El rey del cabaret, El rosal, El Taita del Arrabal, Tiempos viejos y Tomo y obligo.

[2]​ Patotero es el vocablo perteneciente al habla local utilizado en Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay y Venezuela con el significado de integrante de “pandilla de amigos, generalmente jóvenes”[3]​ y, en esos países y también en Paraguay, como perteneciente al “grupo, normalmente integrado por jóvenes, que suele darse a provocaciones, desmanes y abusos en lugares públicos.”[3]​Francisco García Jiménez opinó que los dos autores del tango El tango se estrenó el 12 de mayo de 1922 en la obra teatral El bailarín del cabaret que Romero escribió para el actor César Ratti que encabezaba la compañía que la representó en el Teatro Apolo; como era frecuente en esa época en la obra había un cabaré y en él Ignacio Corsini se levantaba de la mesa que compartía con sus amigos y cantaba los versos de Patotero sentimental Eduardo Giorlandini dijo que el personaje de Patotero sentimental solamente tiene inserción en determinado ambiente y es el "rey del bailongo" y es el "rey del cabaret"; no es peligroso, es sentimental está triste por haber abandonado a la mujer que lo amó de verdad, no como las minas, del cabaré limitadas al amor sexual y profesional.