Fundada por los cumanos en el siglo VIII a. C., fue una floreciente polis de la Magna Grecia[4] y luego importante ciudad romana hasta la caída del Imperio.
[5] En el siglo XX, durante la etapa fascista y en la reconstrucción subsiguiente a la Segunda Guerra Mundial, se edificó gran parte de la periferia.
Los colonos griegos sin embargo, prefirieron un área cercana que bautizaron como Νέα Πόλις o Νεάπολη (Neápolis), la ciudad nueva.
[24] Sus orígenes se pierden en la leyenda: según una antigua tesis, los dos colores simbolizan al sol y a la luna, cultos muy presentes en la era greco-romana de la ciudad.
Como lugares a destacar están la antigua ciudad romana de Pompeya y el volcán Vesubio situado al este del golfo.
Este minúsculo golfo se encuentra en el mar Tirreno, que a su vez pertenece al Mediterráneo.
Pero sin lugar a dudas Nápoles logra sus mejores tiempos durante los siglos XVIII y XIX como capital del Reino de las Dos Sicilias.
[5] Después de la Segunda Guerra Mundial, Nápoles se convierte en una gran aglomeración que desborda ampliamente su antiguo perímetro histórico.
En los últimos años, el declive demográfico italiano ha sido más grave en las regiones meridionales que en las del Norte.
[44] El idioma napolitano, al igual que la mayoría de los demás idiomas italorromances hablados en Italia, presenta pequeñas diferencias, más o menos significativas, incluso entre pueblos vecinos, por eso, a nivel filológico y para la mayoría los lingüistas, la carencia de estandarización lo convierte, efectivamente, en una continuidad dialectal, entendida no como dialecto del italiano estándar, sino como dialecto dentro de su propio grupo italorromance (el grupo napolitano-calabrés o italiano meridional intermedio).
En el plano morfológico, la lengua presenta un substrato básicamente osco con significativas aportaciones griegas y un superestrato influenciado tanto por las demás continuidades lingüísticas italorromances como por otras continuidades romances más lejanas (galorromances e iberorromances) y no neolatinas (principalmente por el griego bizantino).
[47] Hasta 2005 la ciudad se dividía en 21 circoscrizioni (distritos), pero el ayuntamiento decidió reorganizar la administración en diez municipalità más homogéneas entre sí y con una población media de unos 100 000 habitantes cada una.
Tal estadística no incluye desde luego la economía sumergida, muy importante en la ciudad y que se cifra en un 12,4% del PIB total italiano.
En 1889 fue inaugurada la Ferrovia Cumana, ferrocarril en parte subterráneo que prestaba un servicio tipo metro, al conectar el centro de Nápoles con Bacoli (en los Campos Flégreos).
Se puede apreciar la majestuosidad de la fortaleza, la terraza con cañones y la muy característica villa marina al pie del castillo.
En 1760, Fernando IV encargó al arquitecto Ferdinando Fuga, la ampliación del palacio y el diseño de los jardines.
Nápoles en el siglo XVIII era llamada «la ciudad de las 500 cúpulas» pero debido a terremotos, incendios y los 181 bombardeos en la Segunda Guerra Mundial, se perdieron unos 60 templos.
Aquí se localiza el gran mercado del pesebre napolitano, tradición navideña local, donde se encuentran los modelos más refinados y singulares del niño Jesús, María, José, pastores, santos y muchas otras piezas que ayudan a representar la Nazaret de la época.
La calle fue trazada durante el Risanamento, una gran intervención urbana al fin del XIX que comportó la demolición de barrios populares y antiguos edificios.
Centro Direzionale di Napoli es el nombre que recibe la zona de rascacielos próxima a la Stazione Centrale.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se utilizaron estas catacumbas como refugio para los bombardeos de los Aliados contra la ciudad.
La pintura napolitana asume una identidad propia en el siglo XVII con algunos pintores famosos como Battistello Caracciolo, Aniello Falcone, Mattia Preti y Luca Giordano que siguieron los pasos de Caravaggio, que vivió en Nápoles entre el 1607 y 1610 enseñando su arte.
Entre las comedias más importantes se encuentran Il sindaco del rione Sanità, Natale in casa Cupiello, Filomena Marturano, Uomo e galantuomo y Questi fantasmi.
La pizza es un plato típico de la cocina napolitana con marca patentada denominada Specialità Tradizionale Garantita (STG; en español: «Especialidad Tradicional Garantizada»).
Es típico comerla sosteniéndola con la mano por su borde posterior, el cual forma una especie de engrosamiento redondeado donde no llegan los ingredientes.
La pasta napolitana es variada, se elaboran spaghetti, vermicelli, fusilli, tortiglioni, rigatoni, ziti, maccheroni y muchos otros.
Así, con el paso del tiempo, los personajes adquirieron personalidad propia, y se fueron diferenciando según sus vestimentas.
El presepio o presepe napoletano es una mezcla entre devoción e historia, fervor religioso y tradiciones locales.
El Orto Botanico di Napoli[84] fue fundado en 1807 durante la dominación napoleónica por los arquitectos De Fazio y Paoletti.
[91] Sus miembros, llamados camorristi, se relacionaron con actividades de contrabando, chantaje (el famoso impuesto o pizzo), soborno, robo y asesinato.