Cristo Velado

[1]​ El contrato para ejecutar el Cristo velado se le confió primeramente al escultor Antonio Corradini.No obstante, este último murió poco tiempo después y solo tuvo tiempo para realizar un bozzetto en terracota conservado actualmente en el Museo Nacional de San Martino.La tarea pasó entonces a Giuseppe Sanmartino, quien recibió el encargo de realizar «una estatua en mármol esculpido, de tamaño natural, que represente a nuestro Señor Jesucristo muerto, cubierto de un sudario transparente tallado en el mismo bloque que la estatua».La maestría del escultor napolitano reside en ser capaz de transmitir los sufrimientos que Cristo había vivido durante los momentos previos a la crucifixión a través de la composición del velo, bajo el que se pueden ver marcas sobre la cara y el cuerpo, fruto del martirio padecido.[2]​ El acabado magistral del velo ha dado origen a la leyenda de que la persona que encargó originalmente la escultura, el célebre científico, alquimista y príncipe Raimondo di Sangro, había enseñado a Giuseppe Sanmartino el método de calcificación que permite transformar la tela en mármol cristalino.