Esta arma de origen francés, que ha evolucionado de la espada ropera,[1] no puede cortar pero es ligera, y rígida debido a su sección triangular, siendo excelente para esquivar golpes y dar estocadas.
Aunque su principal función era formar parte de la vestimenta, el espadín era un arma mortal en duelos.
La principal diferencia entre el espadín y la espada de esgrima es que la segunda tiene la punta roma para no herir al rival.
Los más comunes son: La empuñadura anatómica permite sujetar la espada con mayor fuerza y es utilizada por la mayoría de tiradores; el francés, por el contrario, permite movimientos de la mano mucho más amplios.
Esto lleva a que los esgrimistas utilicen habitualmente dos tácticas diferentes, según el agarre utilizado: los "anatomistas" adoptan una esgrima basada más en agarres de hierro y paradas, mientras que los "franceses" tienden a evitar la espada del oponente con acciones específicas, como extracciones.
Los golpes asestados son señalados por la espada gracias al cierre de un circuito eléctrico.
El cable que recorre la hoja conecta la punta a un enchufe colocado dentro de la protección, al lado del mango; cada tirador conecta un segundo cable eléctrico (el bucle) al enchufe del protector y, por el otro lado, a un rodillo, a su vez conectado al dispositivo marcador de impacto.
En espada, no se trata de jugar solo con la flexibilidad y la técnica (como en el florete) o con la velocidad y la explosión (como en el sable), sino de combinar estos diferentes factores dentro de una estrategia viva y en movimiento que te permita atrapar al enemigo.
Las técnicas o movimientos en esgrima pueden dividirse en dos categorías: ofensivas y defensivas.