El punto más alto del barrio es la Certosa di San Martino con 251 m. En la época romana, la colina de Vomero se llamaba Paturcium (probablemente de Patulcius, nombre conectado a Jano, dios al que estaba dedicada la colina) y en la Alta Edad Media, por corrupción lingüística, Patruscolo o Patruscio.
El topónimo actual, atestiguado a finales del siglo XVI (cuando no se refería a toda la colina, sino solo a una antigua casa de campo), tiene probablemente origen en su antigua vocación agrícola y al juego del vomere, un pasatiempo campesino que ganaba quien, con la reja (vomere) del arado, trazaba el surco más derecho.
Bajo reyes aragoneses y los posteriores virreyes españoles, Nápoles se encontró con un vertiginoso crecimiento demográfico, debido a la fuerte inmigración desde los centros de los alrededores y del resto del reino.
Con los virreyes posteriores a Don Pedro, continuó la expansión urbanística, provocando la fusión de muchas aldeas; se comenzaron a formar en la colina aglomeraciones más homogéneas, pueblos y casas de campo.
Desde el primer momento se concibió Vomero como un barrio residencial destinado a la alta burguesía: las espléndidas villas y palacios de estilo Liberty que se construyeron en gran número a principios de siglo alrededor de la Villa Floridiana y hacia la zona del Castel Sant'Elmo y San Martino constituyeron hasta mediados del siglo XX el rasgo distintivo del nuevo barrio.
Antes de la Legge pel Risanamento, además, una banca piemontesa, la Banca Tiberina, había comprado en Vomero terrenos entre San Martino, Via Belvedere y Antignano, con la intención de construir un nuevo barrio (ya Garibaldi había pensado en las colinas como potenciales nuevos rioni, en los que sin embargo él creía que se debía de alojar el proletariado).
Todas las nuevas construcciones eran de estilo neorrenacenista, que continuará en Nápoles hasta los años treinta del siglo XX, arrastrando durante años los proyectos de finales del siglo XIX.
En consecuencia, en los primeros años del siglo XX no hubo un impetuoso desarrollo urbanístico, sino que surgieron construcciones menos intensivas, de villas con dos o tres plantas, rodeadas por jardines; los cuales, por otra parte, tenían la capacidad de dar más valor al paisaje de la zona que los grandes edificios umbertinos.
"La construcción de pequeñas parcelas, que comenzó a principios del siglo, continuó también tras la Primera Guerra Mundial y continuó a atraer a una nueva clase social, capaz de adquirir villas unifamiliares o para pocas familias, formada principalmente por profesionales, empresarios, personas adineradas que, con sus exigencias y su modelo de vida, definieron el carácter del nuevo barrio.
[4] La apertura del nuevo Funicolare Centrale, en 1928, facilitando los desplazamientos entre Vomero y el centro, llevó a un incremento significativo de la urbanización, que se orientó de nuevo a los grandes edificios, construidos según los diferentes estilos entonces de moda (del liberty al neoecléctico, pasando por el primer racionalismo).
El nuevo centro habitado se expande hasta englobar los antiguos pueblos (Vomero Vecchio, Antignano).
Además, el barrio está unido al metro de la ciudad, mediante la Línea 1 (estaciones Quattro Giornate, Medaglie d'oro, Vanvitelli y Salvator Rosa).
La primera de la ciudad fue la Partenope Film (originalmente Fratelli Troncone & C.), de Guglielmo, Vincenzo y Roberto Troncone, que, creada en 1906, estuvo activa unos veinte años, con sede y platós en la Via Solimena.
La tarde anterior había caído la armería del Castel Sant'Elmo, no sin derramamiento de sangre; los alemanes, atrincherados también en el interior de la Villa Floridiana, intervinieron para dar batalla.
El barrio alberga el complejo polideportivo que ha crecido en torno al Stadio Arturo Collana, donde se practica rugby, judo, atletismo, natación, voleibol, gimnasia artística, patinaje, tenis, esgrima, fútbol americano y fútbol.
En este barrio está también la sede del Tennis Club Vomero, que alberga muchos eventos nacionales e internacionales de tenis.