Castel dell'Ovo

Se encuentra entre los barrios de San Ferdinando y Chiaia, frente a la Via Partenope.

El antes mencionado Carafa relató esa leyenda con gran riqueza de detalles, junto con varias otras relacionadas con Virgilio.

Instalados inicialmente en celdas dispersas (llamadas «eremitorios basilianos»), los monjes adoptaron en el siglo vii la regla benedictina y crearon un importante scriptorium (teniendo probablemente a disposición también lo que quedaba de la biblioteca de Lúculo).

El único elemento arquitectónico relevante que se ha conservado es la entrada, precedida por los grandes arcos de la logia.

Sin embargo, el uso residencial del castillo era aprovechado solo en pocas ocasiones dado que, tras la finalización del Castel Capuano, se trasladaron allí todas las directrices de desarrollo y de comercio hacia tierra.

En esos años, el castillo se convirtió en palacio real y prisión estatal.

Posteriormente el castillo fue remodelado de nuevo profundamente, asumiendo así la forma que vemos en la actualidad.

Durante la época del llamado Risanamento, que cambió el aspecto de Nápoles tras la unificación italiana, un proyecto elaborado por la Associazione degli Scienziati, Letterati e Artisti en 1871 propuso la demolición del castillo para hacer espacio a un nuevo barrio.

Actualmente está anexo al histórico barrio de Santa Lucía y es visitable.

Otra vista del castillo.
Vista desde el mar.
El interior del castillo.
Eremitorio basiliano.
La Torre dei Normanni.
Entrada al castillo.