[cita requerida] El territorio del barrio se corresponde con el que tradicionalmente ha sido administrado por la parroquia.
En época romana preimperial, aquí se transfirió el general romano Lucio Licinio Lúculo, que comenzó su imponente villa, conocida como Oppidum Lucullianum, donde luego terminó sus días el último emperador romano, Rómulo Augústulo Durante el imperio la zona se hizo célebre por estar cerca de las grutas donde se tenían los ritos mágicos y en las que Petronio ambientó algunos pasajes del Satiricón, mientras que en el Medioevo cayó profundamente y la villa de Lúculo se convirtió en un monasterio de los basilianos que luego gestionó la Iglesia.
Los periódicos enfatizaron estos juicios provocando la llegada de numerosos pintores y fotógrafos que intentaron mantener al menos imágenes del estado anterior.
Aun así, la intervención acentuó todavía más el carácter turístico y residencial del área.
La poesía del lugar ha inspirado también dos de las más famosas canciones napolitanas: Santa Lucía (compuesta por Teodoro Cottrau) y Santa Lucia luntana, símbolo de los emigrados napolitanos que partían a América y que daban su último adiós mientras zarpaban.