Esta distinción es relativa, pues corsarios como Francis Drake o la flota francesa en la Batalla de la Isla Terceira fueron considerados piratas por las autoridades españolas, ya que no existía una guerra declarada.
En el ámbito de la informática, pirata alude a un programa que se introduce ilegalmente en un sistema ajeno, con frecuencia para robar información o copiarla y distribuirla.
Los egipcios consideraban piratas a los Pueblos del Mar porque su principal expedición invasiva se dio por vía marítima y con la finalidad de efectuar saqueos.
Sin embargo, muchos otros autores no comparten esta clasificación porque los Pueblos del Mar solo fueron marineros en el último momento de su historia.
Los piratas son, en muchas ocasiones, considerados héroes nacionales en sus países,[cita requerida] pese a practicar lo que en tierra se llamaría robo y secuestro.
[10] Aunque este pueblo permaneció sumido en luchas internas durante varios siglos, en 793 realizan el primer ataque en la costa norte de Inglaterra y dos años después en Irlanda.
Un ejemplo lo aporta su primera incursión en Al-Ándalus, donde tomaron Cádiz y subieron de nuevo por el Guadalquivir, saquearon minuciosamente Sevilla desde la que lanzaron avanzadillas a pie.
No debemos pensar que los ataques piratas eran perpetrados solo por árabes, también participaban en ellos gente de las islas y penínsulas índicas.
Debe tenerse en cuenta que África, en razón de enfermedades como la malaria, fue un continente casi vedado a los no africanos.
Esta conducta fue una práctica muy común y muy sangrante para los reinos del África negra, comenzando el debilitamiento de sus estructuras que posteriormente aprovecharían los europeos.
Pese a todo, el gran poder corsario de este mar aún estaba formándose y emergiendo en Asia Menor.
De esta manera, las viejas incursiones medievales, como la cabalgada o la algarada, vuelven a practicarse desde el mar.
En los primeros años del siglo aparece un personaje que, apoyado por los gobernantes otomanos y bereberes, se dedicó a atacar numerosas naves europeas, principalmente españolas e italianas: era Aruj Barbarroja.
Más adelante, la reina Isabel I se convertiría, por este medio, en «empresaria marítima», otorgando las patentes a cambio de parte del botín conseguido.
[1] En algunos casos, después de expirada la licencia o acabada la guerra, los corsarios vuelven a actividades privadas como ricos burgueses que incluso son condecorados.
De esta forma, a finales del siglo XVI los principales piratas y corsarios habían muerto o estaban prisioneros: El historiador británico J. B. Black lo expresó en una frase con tintes nostálgicos: «Los formidables escuadrones de corsarios, que antaño asolaron el Caribe, habían desaparecido».
[36] Sin embargo, esa opinión no es unánime y muchos autores estiman que «la piratería tuvo muy poca influencia en la marcha del Imperio».
La participación en travesías es completamente voluntaria y no existirá obligación alguna cuando llegue la hora de componer tripulaciones o armar un ejército.
Esta ley permitía libertad absoluta para abandonar la cofradía en cuanto su integrante lo decidiera o volver a entrar si lo quería.
Muchos colonos insatisfechos con el provecho que sacaban a sus tierras y deseosos de enriquecerse con rapidez, se les unieron en sus hazañas.
Los ingleses decidieron probar suerte en otras aguas, como las del Pacífico; los demás se quedaron en las Antillas, actuando con mucha menor intensidad en espera de tiempos mejores.
El Capitán Misson, de nacionalidad francesa, era un idealista, preocupado por la justicia, por construir un estado utópico en alguna isla del océano Índico.
Otro pirata notorio, descendiente de africanos, su madre había sido esclava y nacido en Cuba a mediados del siglo XVI, fue Diego Grillo.
La crueldad de los actos presenta analogías con la del pirata inglés que, arruinado, abandonaba la corte para dedicarse al corso.
Su presencia fue importante en la llamada ruta de los clíperes que comunicaba Europa con Australia, Nueva Zelanda y el Extremo Oriente.
Pudieron bloquear las rutas marítimas y acosaron las costas del sur de China (Guangdong, Fujian, Zhejiang, Jiangsu) con frecuencia.
Personas como los citados volvieron a poner en uso el viejo término de filibustero sin ninguna connotación peyorativa en aquella época.
Vence al ejército nicaragüense el 1 de septiembre; pero en esta ocasión se muestra más prudente y nombra como presidente a Patricio Rivas.
Durante el siglo XX, la piratería, ejercida de forma sistemática, está concentrada a reductos del Tercer Mundo.
Estos piratas conformaron los primeros «matrimonios» o uniones del mismo sexo de la historia moderna en la institución conocida como matelotage.