Esta fue una región transitada por poblaciones con rumbo hacia Europa o el Oriente Medio, por lo que los habitantes de la región se han visto influenciados por poblaciones de otras áreas, como los cartagineses, los romanos y los vándalos.Más tarde, se establecieron varias comunidades bereberes, árabes, musulmanes persas, sunitas, chiitas e ibadíes que gobernaron partes de la Argelia moderna: incluidos los rostomitas, la tribu Banu Ifran, los fatimíes, ziríes, hamadíes, almorávides, almohades, hafsíes entre otros.Desde el 4000 a. C. los pueblos nativos del norte de África, identificados por los romanos como bereberes, resistieron eficazmente a los invasores fenicios, romanos, vándalos, bizantinos y turcos, aunque sucumbieron finalmente ante las conquistas del islam, por lo que ahora la lengua más hablada es el árabe.Durante ese periodo la civilización bereber ya estaba a un nivel donde la agricultura, la fabricación, el comercio y la organización política podían sustentar la existencia de varios Estados.Después de eso, el rey Masinisa logró unificar Numidia bajo su mandato.Al finalizar el siglo IV, los asentamientos fueron cristianizados y muchas tribus bereberes se convirtieron en masa.[7] Varias dinastías bereberes emergieron durante la Edad Media en el Magreb, Sudán, Andalucía, Italia, Malí, Nigeria, Senegal y Egipto.Con su interés centrado en Egipto y las tierras musulmanas más allá, los fatimíes dejaron el gobierno de la mayor parte de Argelia a los ziríes y a los hamadíes, una dinastía bereber que centró el poder local significativo en Argelia por primera vez, pero todavía en guerra con los Banu Ifrán (reino de Tremecén) y los Maghraoua (942-1068).[8] Este periodo estuvo marcado por constante conflicto, inestabilidad política y declive económico.Muchas ciudades costeras afirmaron su autonomía como repúblicas municipales gobernadas por oligarquías mercantes, jefes tribales de las áreas rurales circundantes o los corsarios que operaban desde sus puertos.Los moriscos se refugiaron mayoritariamente tanto en Marruecos como en Argelia, países que desconocían por completo.En la época en que España estaba estableciendo sus presidios en el Magreb, los hermanos corsarios musulmanes Aruj y Khair ad Din, estos últimos conocidos por los europeos como Barbarroja o Barba Roja, operaban con éxito en Túnez.Ambas ciudades fueron ocupadas hasta 1792, cuando el rey Carlos IV las vendió al Bey de Argel.Pero cuando la paz regresó en 1815, Argel se encontró en guerra con España, Países Bajos, Prusia, Dinamarca, Rusia y Nápoles.Como resultado de lo que Francia consideró un insulto al cónsul francés en Argel, Pierre Deval (fue abofeteado por Hussein Dey con un matamoscas tras una discusión), el rey Carlos X ordenó un bloqueo naval a Argelia, alegando el incidente diplomático como causus belli.La conquista europea, inicialmente aceptada, fue respondida pronto con una rebelión, liderada por Abdel Kadir, quien le costó una década a las tropas francesas para eliminarlo.En adición y para endurecer la condición de ser gobernados por una potencia no musulmana extranjera, muchos argelinos perdieron sus tierras frente a los colonos o al gobierno.Sin embargo, en 1865, Napoleón III les permitió ser ciudadanos franceses en toda su expresión, una medida que pocos acataron, ya que eso significaba renunciar al derecho de ser regidos por la ley sharia en asuntos personales, y era considerado un tipo de apostasía; en 1870, la ciudadanía francesa fue aplicada automáticamente a los nativos judíos, lo que enfadó a muchos musulmanes anticoloniales, los cuales vieron a los judíos como cómplices del poder colonial.El gobierno respondió con leyes más restrictivas respecto al orden público y la seguridad.Los argelinos musulmanes reforzaron el bando francés al inicio de la Segunda Guerra Mundial, tal como lo hicieron en la Primera.En marzo de 1943, el líder musulmán Ferhat Abbas se presentó a la administración francesa con el Manifiesto del Pueblo Argelino, firmado por 56 nacionalistas de argelinos y líderes internacionales.El manifiesto demandó una constitución argelina que pudiera garantizar participación política inmediata y efectiva e igualdad legal para los musulmanes.Hasta 1988 no se permitió la legalización de otros partidos políticos diferentes al que ejercía el poder.Se declaró el estado de emergencia para impedir su llegada al gobierno, lo que terminó en una violenta guerra civil.Las masacres generalizadas no terminaron hasta la paz y la consiguiente celebración de elecciones en 1997, donde fue elegido el exdirigente Abdelaziz Bouteflika.
Afiche para recolectar soporte de los argelinos durante la Segunda Guerra Mundial. "Francia os está hablando" con recortes de periódicos de la Resistencia Francesa desde 1942 hasta 1943.