Tenía la reputación de ser un guerrero feroz y un tirano ilustrado.Por otra parte, los opositores a su reinado, normalmente miembros de la vieja aristocracia, fueron exiliados o prefirieron voluntariamente abandonar la isla.Samos prosperó y Polícrates pudo mostrarlo al mundo construyendo un templo dedicado a Hera y un gran palacio que siglos más tarde sería reconstruido por el emperador romano Calígula (r. 37-41 d. C.).Los persas no mostraban gran interés en la conquista de las islas del Egeo.Por otra parte, el faraón Amasis, temiendo un ataque persa, había desarrollado una estrategia defensiva naval.Este contingente de barcos costaba 1 talento al día, o lo que es lo mismo, unas 7-8 toneladas de plata al año, lo que en el siglo VI a. C. representaba una gran suma.No sabemos lo que fue mal, pero lo cierto es que tras la muerte de Ciro II en 530 a. C., Polícrates decidió cambiar de bando aliándose con el nuevo rey persa Cambises II (r. 530-523 a. C.), tal y como narra el historiador griego Heródoto.Rebeldes samios, apoyados por contingentes de Esparta y Corinto, invadieron la isla.Sin embargo, las murallas diseñadas por Eupalino eran resistentes, y Polícrates pudo sobrevivir en la ciudadela.Otra posibilidad es que Oretes hubiera caído en desgracia y quisiera hacer algo para ganarse de nuevo el favor del rey.