El arquero era un soldado que disparaba flechas con un arco, una varilla hecha de acero, madera u otra materia elástica, sujeta por los extremos con una cuerda o bordón, de modo que forme una curva.
Durante la Edad Media los arqueros fueron un arma de gran importancia: los arqueros ingleses, al aniquilar la caballería francesa, fueron los artífices de la victoria en Azincourt en 1415.
Sustituidos progresivamente por los ballesteros y arcabuceros, los arqueros se utilizaron en Francia hasta el siglo XVI y en Inglaterra hasta el XVII; los rusos emplearon arqueros en las Guerras Napoleónicas.
Sin embargo, estos no deben ser confundidos con arqueros, pues no utilizaban arcos y su nombre provenía del arma empleada en las guardias, la archa.
Con Carlos V los Archeros de la cuchilla formaban la escolta personal del Rey, reservada a hidalgos flamencos o de origen flamenco, como el pintor Juan van der Hamen, y continuaron en ejercicio hasta que Felipe V los sustituyó por los Guardias de Corps.