Aunque el morrión lo utilizaban particularmente la infantería o los peones, no por eso dejaban de llevarlo los caballeros y personajes notables a causa de ser más ligero que el yelmo y dejar el rostro descubierto para poder respirar más fácilmente.
Asociado popularmente solo a los tercios españoles del Siglo de Oro y a los conquistadores de América, el morrión era un casco en forma de media almendra para hacer resbalar los golpes, tenía en su interior un capacete de tres o cuatro correas cruzadas, que apoyaban en la cabecera, daban ventilación al casco y amortiguaban los golpes verticales.
Unas alas casi horizontales contribuían a que los golpes verticales no llegaran al cogote, las orejas o la cara.
[1] En los tercios españoles formaba parte del equipo defensivo de piqueros y arcabuceros, pero no de los mosqueteros, que lo sustituyeron por el sombrero chambergo.
El morrión también fue usado en la mayor parte de los países europeos en los siglos XVI y XVII.