Pero era más esférico que aquel, chato o aplanado, y parecido a media cáscara de almendra,[1] con alas anchas y caídas.El yelmo se fabricaba a partir de una sola pieza metálica, se le daba una forma ergonómica para el cráneo que presentaba una arista mediana longitudinal que iba de la frente a la nuca, algunas veces formaba una pequeña cresta en la parte superior, de la parte inferior surgían unas viseras o alas caídas que ofrecían una gran protección contra los golpes provenientes desde arriba o la ceguera que pudiera causar el sol.La mandíbula y el cuello se protegían con una pieza adicional llamada gorjal.Se usó en Europa Occidental, sobre todo en España e Italia, desde mediados del siglo XV hasta mediados del siglo XVII[3].La mayoría de los capacetes eran lisos, aunque a veces estaban decorados con grabados o ribetes.